Cuando pienso en la literatura antillana pienso en una sola literatura, una literatura en donde cada isla del archipiélago ha logrado una distinción particular, pero que en su unificación leemos el resultado de una experiencia insular parecida. En su ensayo, “La Isla que se repite”, Antonio Benítez Rojo dice que, dentro de la turbulencia historiográfica y su ruido etnológico y lingúístico, dentro de su generalizada inestabilidad de vértigo y huracán, pueden percibirse los contornos de una isla que se “repite” a sí misma. Es decir, es una región hermanada por su historia que nace del mismo tráfico y explotación humana por parte de los colonizadores europeos, pero que cada una de las naciones han reaccionado distinto al proceso de descolonización, « Cuando callan los ríos » de Jhak Valcourt es un poemario que «nos ilustra la experiencia de vida que geográfica y humanamente viven muchos haitianos en La Española. Como editor de un sello editorial puertorriqueño me preocupa la poca disponibilidad de literatura haitiana en el archipiélago. Con interés en mi región geográfica y mi responsabilidad editorial se publica el trabajo literario de Jhak Vacourt en Puerto Rico con la intención de mantener hermanado a un mismo pueblo.”
Drake tiene una vida perfecta, el éxito lo acompaña y el futuro le pertenece.
Annie tiene una vida bonita y vislumbra un futuro a la altura de sus expectativas.
Son dos desconocidos y sus caminos no tendrían por qué cruzarse.
Sin embargo, el frío llega y el hielo lo cubre todo.
Los cimientos de sus vidas caen y los dos, la chica que desea aprender a patinar y el chico que se ha prometido no volver a hacerlo, huyen a un pequeño pueblo, donde se encontrarán junto a un lago congelado y con el mañana reducido a una hoja en blanco.
¿Puede haber belleza en el dolor? ¿Puede el amor ser la salvación de dos almas a la deriva? ¿Podrán despertar las flores antes de que el invierno arrase con todo?
El azul es, actualmente, el color favorito en Occidente, pero no siempre fue así. A lo largo de los siglos, su relevancia social ha ido fluctuando según los distintos gustos y culturas. En la Antigüedad, por ejemplo, fue un tono ignorado (de hecho, textos tan remotos como la Ilíada apenas lo citan). Los romanos lo despreciaban, ya que lo asociaban a las pinturas de guerra con las que los bárbaros se embadurnaban antes de entrar en combate. No fue hasta la Edad Media cuando la Europa cristiana lo adoptó como símbolo de estatus, belleza y elegancia, convirtiéndose en un producto de lujo que obsesionaría a pintores, comerciantes y nobles.
Quizás hay un momento en la vida para leer esta novela.¿Ha llegado el tuyo?
«Querido lector, querida lectora, la novela que estás a punto de iniciar es una historia incómoda, quizás la más incómoda que he escrito hasta la fecha.
Una historia que solo se entiende a partir de cierta edad o de un determinado momento de la vida. Por eso hemos decidido indicarlo.
Al leerla puede que encuentres a esos fantasmas que siempre han estado a tu lado pero que no has querido ver. Pero también es posible que ocurra todo lo contrario: que salgas de esta historia con la felicidad de quien sabe valorar lo que tiene»
Cuando gemía la Patria, la atrayente novela de Emilia Pereyra, nos transporta a los cimientos mismos de la nación dominicana: los turbulentos años de la ocupación haitiana y el amanecer de la Independencia Nacional.
La narración desvela los secretos de una época determinante que forjó el carácter de una nación, invitándonos a ser testigos de la valentía, la astucia y el espíritu de aquellos que soñaron con la libertad.