En este libro, amén del impresionante poemario Poeta en Nueva York, se presentan las obras Tierra y luna, los Poemas sueltos II y III, Poemas en prosa, Diván de Tamarit, Sonetos, Seis poemas galegos y el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. Asimismo, se ofrecen las conferencias de Un poeta en Nueva York, Cómo canta una ciudad de noviembre a noviembre y el Ensayo o poema sobre el toro en España.
La edición y los prólogos a cargo de Miguel García-Posada, permiten al lector acercarse a la complejidad de su obra y disfrutar, a lo largo de los siete volúmenes que componen esta Biblioteca Federico García Lorca, de uno de los autores españoles más relevantes del siglo XX.
En este libro, se ofrecen al lector clásicos lorquianos como el Romancero gitano o el Poema del cante jondo, junto con las dos conferencias pronunciadas por el poeta en la presentación de los mismos, además de las Odas y su primera colección de Poemas sueltos.
En lenguaje musical se entiende por «suite» una composición integrada por movimientos variados que, no obstante, encuentran su apoyo en la misma tonalidad. Las suites de Federico García Lorca parten de la misma idea, aplicada esta vez a la lírica: establecer series de poemas formalmente heterogéneos que giren alrededor de un tema común. Sin embargo, su temprana muerte truncó el que había de ser un ambicioso proyecto en el que se recogían obras inéditas o ya publicadas, escritas todas ellas entre 1920 y 1923, bajo el signo de una nueva armonía.
La figura de Federico García Lorca abarca, tanto en España como en el exterior, mucho más que su literatura. Su poesía, traducida a infinidad de lenguas, recorre paisajes, hurga en tradiciones y denuncia injusticias con la maestría de quien ha sabido utilizar la pluma como pocos, y sus libros continúan leyéndose sin atender al paso del tiempo ni a las arbitrariedades de la moda.
La narradora de esta novela estudia para consolidar su futuro profesional. Ha conseguido un puesto de interina en una oficina administrativa, y afrontar una oposición parece ser el paso lógico en su carrera. Sin embargo, otro tipo de oposición, la interna, basada en su observación del día a día funcionarial, hace que no lo tenga nada claro. El edificio donde ha sido destinada, tan gigantesco como hermético, es un lugar de jerarquías incomprensibles, que la expulsa al mismo tiempo que la absorbe. Como nadie le explica sus funciones, se ve forzada a improvisar, disimular por vergüenza y registrar su malestar con dibujos y poemas tan desplazados de la realidad como el trabajo mismo. Los funcionarios que la rodean, cada uno con sus particularidades y conflictos, han desarrollado los tics y las manías propios de las rutinas laborales y la obediencia acrítica.
La sonrisa de Audrey Hepburn de Sonia Betancort celebra una danza polarizada entre luz y oscuridad, amor y desamor, carencia y abundancia, dolor y alegría. De fondo, comparece en estas páginas la inspiración de una de las sonrisas y muestras de fortaleza más sobrecogedoras de la historia del cine, la de Audrey Hepburn.