El chico de la gorra es una novela sobre los miedos, las desesperanzas y las pequeñas victorias de una generación que debe encontrar su sitio en un mundo sin manual de instrucciones.
Hola, soy Áxel. Vivo en una furgoneta porque mi vida acaba de saltar por los aires.
En apenas tres días he perdido a mi abuela, la persona que me crio; un trabajo con un buen puesto en una multinacional, que estaba consumiendo mi salud mental; y a mi novia, con la que he compartido los últimos diez años.
La vida lleva treinta y cinco años haciéndome trampas y la felicidad no estaba escondida en el cajón donde me dijeron, así que ha llegado la hora de buscarla en otro lado: voy a vivir de crear contenido para mi blog y mis redes sociales, recorriendo el mundo con mi inseparable cámara. No sé qué es lo que me tiene reservado el perverso señor ese de ahí arriba que maneja nuestros hilos a su antojo, pero espero que al fin sea justo conmigo y me permita disfrutar de este camino.
Una romcom en la que veremos cómo nos afectan las críticas y los comentarios de los demás.
Nunca pensé que un partido de fútbol pudiera hacer tambalear toda mi existencia.
La primera vez que lo vi fue en un bar, con una bufanda del equipo contrario en el cuello, esa sonrisa petulante y mi lengua vivaracha un poco suelta por la emoción del clásico.
No nos conocimos de la mejor manera, pero el encuentro dejó una larga estela a su paso. Ahora parece estar en todas partes y, aunque hay algo que me frena, lo nuestro parece inevitable. Correcto.
Llevo tatuado en la piel mi pasado para evitar que las opiniones ajenas manejen mi vida, pero ser profesora de primaria en un pueblo donde todo el mundo te conoce dificulta mucho las cosas. Enamorarme de él me pone contra las cuerdas como nunca antes.
Susana, una profesora abnegada que se ha divorciado hace poco tiempo, se topa inesperadamente frente a un dilema del pasado cuando recibe un extraño paquete. La desaparición de Jun, una de sus alumnas más queridas, que residía en un centro de protección de menores, la ha atormentado durante años y ha dejado una huella imborrable en su corazón.
Empujada por su sobrina adolescente, con quien comparte una bonita relación de complicidad, Susana decide que es momento de actuar y entre ambas inician una gran aventura que las llevará a recorrer un largo camino para poder encontrar a Jun.
Este viaje enfrentará a Susana a sus mayores inseguridades y la llevará a vivir una transformación maravillosa. Lo que dejan las madres es una novela cautivadora de aventura y misterio, un relato emotivo sobre la búsqueda de propósitos, sobre el valor de la confianza y sobre las relaciones humanas.
Marina y María viven mil y una vidas de lunes a viernes dentro y fuera de la redacción y todavía les sobra tiempo para que les sucedan todo tipo de situaciones surrealistas de las que no solo escapan sin despeinarse, sino que terminan con cardado y laca.
Dos libra sin carnet de conducir, parecidas por fuera, pero diferentes por dentro, reporteras kamikazes, divertidas, exigentes, y, sobre todo, caóticas. Solo ellas son capaces de anteponer su espíritu aventurero e informativo a cualquier plan: cambiar un vuelo a Ibiza por otro a La Palma con volcán en erupción incluido, marcharse de la noche a la mañana a Rusia a cubrir una guerra aun a riesgo de no llegar a la boda de su amiga o participar en una carrera ilegal de coches con una cámara oculta…
El chico acuario es independiente y natural.
El chico piscis es sensible y espiritual.
El chico aries es enérgico e impulsivo.
El chico tauro es estable y sensual.
ANNA YA NO ES LA MISMA
Lleva ya un tercio de su experimento del Zodiaco y ha aprendido más sobre ella misma que sobre los hombres que ha conocido. Sin embargo, los recientes sucesos familiares han dado un giro vertiginoso a su vida.
ANNA TIENE EL CORAZÓN ROTO
El amor no se puede controlar y ha llegado para poner a prueba el experimento. Pero en una ciudad como Los Ángeles nada es lo que parece y las mentiras se pueden ocultar tras una buena actuación.
ANNA VA A LUCHAR
No puede rendirse ahora. Tras un intenso desengaño amoroso, tiene que recomponerse y encontrar su propio camino. Aunque, durante todo el experimento, siempre haya una persona poniendo su corazón patas arriba y tentándola a romper las reglas.
Entonces, cuando es de noche y Martín posa su mano sobre uno de mis muslos, le pregunto: ¿hemos venido aquí a ser viejos?
No se llevaron nada, o casi; ni siquiera el gusto por la aventura. Y cuando llegaron al pueblo, entraron en casa y se echaron encima de un colchón como si la noche no Riera a acabar nunca. Amaneció, y a la luz del sol descubrieron que había más vida allí: unas cuantas casas, unos huertos, hombres y mujeres que hablaban lo justo.
¿Qué sentido tenía aquel viaje, aquella gente, aquel ir viviendo sin imágenes, sin música, sin mensajes que contestar, con solo unos cuantos libros y algo de comida y sexo para aliviar los días? Quizá se tratara de llegar a viejos allí, ahora que ya no quedaba nadie en las ciudades; quizá buscaran una manera de ser y de hacer algo digno en ese rato que les quedaba antes de que se apagara la luz. Quién sabe.
Como todos los grandes libros. Por si se va la luz no se anda con respuestas, sino con buenas preguntas. Lara Moreno es una mujer que empieza y tiempo le queda para decir lo suyo, pero con esta primera novela nos entrega ya literatura en mayúsculas.