Este libro es la transcripción de una conferencia que dio Viktor Frankl en 1974 en el Instituto Lindenthal de Colonia. Expone los conceptos humanísticos básicos del método psicoterapéutico que él creó, la logoterapia. Nos habla de que es fundamental reconocer y reflexionar sobre el sentimiento colectivo que está experimentando la humanidad: la falta de sentido ante la vida y el miedo que tenemos a hablar de ello. Es la patología de nuestro tiempo.
Este libro hace un recorrido buscando, a través de diversos vericuetos, el concepto de transgresión. Los contenidos pueden parecer trampas y desde luego este libro ofrecerá una dificultad para los que esperen respuestas claras. Hay un tipo de lector, de persona, que prefiere la seguridad y las respuestas comúnmente aceptadas a la búsqueda personal, a la exploración en la selva de lo desconocido de la vida. El explorador se encontrará a menudo perdido, envuelto en digresiones que parecen apartarle del camino de la meta prometida. Esa meta, te prometo, existe. El que crea se recrea y se re-crea. El que consume se consume. Pablo Poblacíon Knappe Pocos textos abren tantas puertas hacia el crecimiento interior, inevitable y comprometidamente imbricado en el crecimiento de la sociedad. Pocos autores y maestros nos facilitan tanto atrevernos a transgredir, a ser libres y creativos. Pocos maestros nos alientan tanto a contribuir a la renovación de la sociedad desde una transgresión constructiva, puesta al servicio de los valores más sublimes del ser humano.
La historia de pederastia en la Iglesia que nadie quiso escuchar
A los dieciséis años, Miguel Hurtado se apuntó al grupo de scouts de Monserrat por recomendación de una amiga de su madre. Miguel, que acababa de empezar a aceptar su homosexualidad y que lidiaba, día a día, con los eslabones oxidados de una familia disfuncional, se apoyó en esos momentos tan delicados en el germà Andreu, el monje de sesenta años que había fundado el grupo scout, un hombre querido y respetado por la comunidad. Creyéndose a salvo en Monserrat, Miguel confesó al germà su identidad sexual y este, bajo el pretexto de «ayudarle a curarse», abusó sexualmente de él.
La trilogía El espectro y el signo articula una postura crítico-poética en psicoterapia. Para ello revaloriza nuestra vida sensible que, comenzando con nuestra sensorialidad, se extiende hacia la dimensión de sentido que suplementa y embruja, como un espectro, a los signos en cuyo contenido abstracto nuestra vida cotidiana se ha domesticado de un modo estereotipado y consabido. En esta trilogía exploramos varios aspectos de este romance entre la estabilidad y el cambio, entre ese espectro sensible y los signos alienados en significados que puntúan las luces y las sombras tanto de nuestros padeceres clínicos como de los modelos de tratamiento de los mismos. El exilio del Mesías completa el arco de un pensamiento post-sistémico de lo cotidiano, que incluye entonces una estética, una ética y, ahora, una teología mesiánica. Con ello recoge la potencialidad de cambio que nos habita hacia una vida que no sea solo lo que ya es.
Es en la cima de una montaña de los Alpes donde una angustia inexplicable, casi irracional, se apodera de la respiración de Luiz Schwarcz, bloqueando su garganta en el momento en que más necesitaba el aire. En ese preciso instante nace la decisión de escribir este libro, El aire que me falta, que engloba el proyecto que el autor había alimentado durante años: escribir la historia de su padre, de su familia, que lo abandonó todo para escapar del terror nazi, y cuyo peso ha ido cargando Schwarcz toda su vida.
En estas memorias, armadas sobre una estructura en espiral, metáfora perfecta para representar las vueltas que damos alrededor de nuestros traumas, el autor alterna recuerdos para construir un sensible y detallado relato sobre cómo la depresión y los traumas, propios y heredados, pueden dejar sin aliento a cualquiera y seguir latentes en existencias marcadas aparentemente por el éxito. Cómo podemos quedarnos sin aire y volver a respirar.