Profesor universitario en una pequeña ciudad de Nueva Inglaterra, el británico Howard Belsey está pasando, a sus cincuenta y siete años, por uno de sus momentos más bajos: su futuro académico parece definitivamente estancado y, en su casa, las cosas van de mal en peor. Tras treinta años de convivencia con Kiki, una hermosa activista afroamericana que ahora pesa ciento veinte kilos, un desliz amoroso amenaza con hundir su matrimonio. En cuanto a sus tres hijos, se encuentran absortos en sus propias vidas: el enamoradizo y sesudo Jerome se ha convertido al cristianismo; la ingenua y ambiciosa Zora sigue los dictados de su precoz inteligencia, y el quinceañero Levi es un abanderado de la negritud.
Y como si el panorama no fuera lo bastante complejo, el odiado Monty Kipps, especialista en Rembrandt como él y su adversario más acérrimo, ha sido invitado a formar parte del cuerpo académico de la universidad.
Hijas de matrimonios mixtos, Tracey y la narradora se conocen desde la infancia, son amigas íntimas y comparten el sueño de llegar a ser algún día bailarinas. Sin embargo, su entorno familiar tiende a separarlas: el padre de Tracey está en prisión y su madre la colma de regalos y caprichos, mientras que en casa de la narradora se valoran el esfuerzo y la superación personales, urgida por una madre estricta y solícita. Así pues, a medida que las dos chicas emprenden sus propios caminos, las sutiles diferencias de clase y raza van minando todos los vínculos de confianza y lealtad forjados en la niñez.
Mónica entrena perros para la Policía Nacional, aunque siempre ha querido ser detective, y debe lidiar con una madre que llama permanentemente su atención. A raíz de la extraña muerte del paseador de perros del barrio, se encargará de investigar qué sucedió recuperando el contacto con su grupo de amigas de la infancia, ya que sospecha que sus madres ocultan algo. Se hacían llamar «las malas hijas» porque no consiguen sentirse lo suficientemente buenas: una actúa como madre de su propia madre; otra se sintió abandonada por su progenitora; otra nunca ha escuchado que esté orgullosa de ella...
El mito de Sísifo es el ensayo fundacional de la filosofía del absurdo, una obra mayúscula que dio a conocer el gran talento de Albert Camus. Publicada en 1942, el mismo año que El extranjero, fue una de las primeras obras que revelaron al público la inteligencia y la sensibilidad del autor.
El título del ensayo hace referencia a un personaje de la mitología griega que enfadó a los dioses por su extraordinaria astucia y fue condenado a empujar perpetuamente una piedra enorme montaña arriba. Al llegar a la cima, la piedra volvía a caer hasta el valle, desde donde Sísifo debía volver a empujarla hasta la cumbre, y así eternamente. Por medio de esta alegoría, Camus discute la cuestión del suicidio y el valor de la vida, presentando a Sísifo como imagen del esfuerzo inútil e incesante del hombre. De este modo plantea la filosofía del absurdo, según la cual nuestras vidas son insignificantes y no tienen más valor que el de lo que creamos. Siendo el mundo tan fútil, pregunta Camus, ¿qué alternativa hay al suicidio?
Una novela que entusiasmará a los millones de lectores de El resplandor y que encantará a todos aquellos que conozcan a Danny Torrance por primera vez.
Stephen King vuelve al mundo de El resplandor, una de sus novelas más queridas y emblemáticas. Ahora Danny Torrance, aquel niño aterrorizado del Hotel Overlook, es un adulto alcohólico y sin residencia fija que va de ciudad en ciudad atormentado por sus visiones y por los fantasmas de su infancia, que ha aprendido a controlar pero no a eliminar de su mente.
Un día se siente atraído por una ciudad de New Hampshire, donde encontrará trabajo en una residencia de ancianos y donde se apuntará a las reuniones de Alcohólicos Anónimos. En ese lugar le llega la visión de Abra Stone, una niña que necesita su ayuda. La persigue una tribu de seres paranormales que vive del resplandor de los niños especiales. Parecen personas mayores y totalmente normales que viajan por el país en sus autocaravanas, pero su misión es capturar, torturar y consumir a estos niños. Se alimentan de ellos para vivir y el resplandor de Abra tiene tanta fuerza que los podría mantener vivos durante mucho tiempo.
El autor de El psicoanalista y La historia del loco nos trae otra escalofriante y trepidante novela de suspense psicológico.
Megan y Duncan Richards han recorrido un largo camino desde 1968 y su pasado radical. Él trabaja en un banco; ella en el sector inmobiliario. Tienen dos hijas adolescentes y un hijo pequeño. Pero el pasado no los ha olvidado.
Desde su celda de la prisión, la bella y despiadada terrorista Tanya, con quien los Richards estuvieron implicados en 1968, planea vengarse de la pareja, a la que culpa de su captura. Pronto saldrá de la cárcel.
Y comenzará a resolver un asunto pendiente, comenzando por el hijo de los Richards...