A partir del gesto encantador de una mujer, surge el personaje de Agnes, alrededor de la cual aparecerán su hermana Laura, su marido Paul, y el mundo contemporáneo, que idolatra a la tecnología y a la imagen. Y es que tal vez el hombre no sea sino su imagen, reflexiona Rubens, a quien solo le quedan dos o tres fotografías mentales de la más excitante de sus amantes. En esta novela polifónica, las aventuras de los personajes imaginarios se mezclan con la historia de dos candidatos a la inmortalidad, Goethe y Bettina von Arnim, mientras la reflexión sobre el nacimiento del homo sentimentalis en la historia de Europa se alterna con perlas ipecias parisienses del singular profesor Avenarius, para quien la realidad actual solo es objeto de juego.
París, 1899. Emma Lacasse ha estado separada de su hermana mayor durante casi veinte años, ya que Caroline se casó con un estadounidense rico y se fue de Francia. Así que cuando Emma recibe la petición de Caroline de encontrarse con ella, esto la intriga. Caroline invita a Emma a visitarla en Nueva York con una condición: Emma debe dar clases particulares a su tímida sobrina, Isadora, y ayudarla a prepararse para su debut en sociedad.
Caroline vive una vida de excesos y opulencias inimaginables como todas las millonarias de la era dorada de Nueva York, y Emma pronto se verá inmersa en un mundo de lujo más allá de sus sueños más salvajes, muy alejado de su estilo de vida bohemio como arpista y escritora con su amante, Claude, en Montmartre.
Emma espera que el encuentro con su única familia sea emotivo, pero en lugar de eso, se encuentra con los vicios de su hermana carismática y manipuladora, que se deleita con las maquinaciones de los ultra ricos. Cuando Emma comienza a cuestionar los verdaderos motivos de su hermana, se desata un desastre y la sociedad de Nueva York queda al descubierto: debajo del reluciente exterior hay un nido de engaño, traición, corrupción moral... y tal vez incluso de asesinato.
Tras seducir a lectores y críticos de todo el mundo con El abanico de seda y Dos chicas de Shanghai, Lisa See vuelve a cautivarnos con La isla de las mujeres del mar, una bella e introspectiva novela sobre los lazos de amistad de dos jóvenes hanenyeo -mujeres buceadoras de la isla surcoreana de Jeju, cuya forma de vida ha sido reconocida por la Unesco como patrimonio de la humanidad- y las poderosas fuerzas, tanto naturales como históricas, que las rodean.
Kim Young-sook y Han Mi-ja empiezan su preparación como haenyeo. A pesar de sus diferentes entornos familiares, pronto se hacen íntimas, aprenden la técnica del buceo y se enfrentan juntas a las exigencias físicas y los fracasos emocionales de su trabajo. Durante medio siglo, las dos jóvenes forjarán una sólida relación al tiempo que su vida se verá envuelta en acontecimientos tan trágicos y extraordinarios como la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Corea y sus secuelas, y tan inevitables como la irrupción de los teléfonos móviles y la llegada de nuevas políticas e ideas a la isla. Sin embargo, tras sobrevivir a cientos de inmersiones y desarrollar el más estrecho de los vínculos, algo que escapa a su control acabará rompiendo su amistad.
Narrada por la entrañable voz de Young-sook, La isla de las mujeres del mar es no sólo una magnífica saga familiar con extraordinarias ramificaciones, sino también un vívido retrato del mundo singular y poco conocido de la isla de Jeju y de las atrocidades sufridas por sus moradores bajo la ocupación japonesa.