Laura está a punto de vender un manuscrito medieval del Inferno de la Divina comedia para salvar su librería, pero justo cuando se va a producir la transacción el libro desaparece. Ella cree que ha sido Pol, su exnovio, un ladrón de guante blanco. Sin embargo, después descubre con Marcos, el anciano mentor de Pol en la bibliofilia, que este está entre los pasajeros de un avión accidentado.
En medio del duelo y de la búsqueda del Inferno, aparece un misterioso hombre que le exige a Laura una libreta manuscrita de Einstein, cuya existencia desconoce y que hará que todo se precipite hacia una resolución frenética y llena de sorpresas, porque nadie sabe que es realmente el Inferno el que guarda un increíble secreto.
El mayor regalo que le hacemos a un hijo es, sin duda, entregarle su propia vida. A lo largo de ella, disfrutará de muchos momentos de crecimiento, expansión y felicidad, pero también sufrirá otros de pérdida, recogimiento y dolor. En el relato que abre este libro, unos padres deciden regalarle a su hijo, al cumplir los dieciocho años, una llave de tres
dientes para ayudarle a abrir las distintas puertas que se irán mostrando ante sí. A partir del relato, Joan Garriga toma posición y habla desde su amplia experiencia como terapeuta en un texto que nos ilumina en el intento de vivir plenamente en un mundo cada vez más complejo.
La loca de la casa es la obra más personal de Rosa Montero, un recorrido por los entresijos de la fantasía, de la creación artística y de los recuerdos más secretos. Es un cofre de mago del que emergen objetos inesperados y asombrosos. PREMIO NACIONAL DE LAS LETRAS 2017 «La imaginación es la loca de la casa.»Santa Teresa de Jesús Este libro es una novela, un ensayo, una autobiografía. La autora emprende en él un viaje al interior en un juego narrativo lleno de sorpresas. En La loca de la casa se mezclan literatura y vida en un cóctel afrodisíaco de biografías ajenas y autobiografía novelada. Y, así, descubrimos que el gran Goethe adulaba a los poderosos hasta extremos ridículos, que Tolstoi era un energúmeno, que Montero, de niña, fue una enana, y que, con veintitrés años, mantuvo un estrafalario y desternillante romance con un famoso actor. Pero no deberíamos fiarnos de todo lo que la autora cuenta sobre sí misma: los recuerdos no son siempre lo que parecen.