Esta es la historia de una niña que creció en una época y un lugar en los que el alma estaba subyugada al Estado, la belleza inspiraba desconfianza y el amor podía ser castigado con la muerte. De cómo acabó en un campo de trabajo donde se la destinó a la recolección de algodón y de su relación con una compañera de su misma edad, con quien desafió en secreto todas las normas de la moral revolucionaria. Es la historia de una caída y una reden ción, y un viaje de pasión, peligro, suerte y traición. Es, en definitiva, un retrato esclarccedor de la China de Mao y de una mujer que vivió para contarlo
1930. Josefina Carabias conoció a Azaña cuando ella era una joven de veintidós años que ni siquiera pensaba en dedicarse al periodismo. Él tenía cincuenta y comenzaba a labrarse una carrera política que le llevaría desde el Ateneo de Madrid hasta ser una figura fundamental en la Segunda República. Durante la siguiente década, ambos compartirán muchos momentos en un clima de efervescencia política y social, hasta la muerte de Azaña en Francia, en 1940.
Huyendo de lo que se espera de una biografía, Carabias nos dejó un libro que es mucho más que una semblanza personalísima de un hombre de ideas que tropezó con la amarga realidad de España. Azaña es también una crónica vívida del Madrid de una época irrepetible, el de las tertulias en cafés, la universidad, el Ateneo y el voto femenino, por el que se pasean personajes como Unamuno y Valle-Inclán. Y es, sobre todo, un ejercicio literario vibrante a la altura de autores contemporáneos como Manuel Chaves Nogales.
Carabias no sólo fue una pionera del periodismo en nuestro país, sino una mujer con una vida apasionante y testigo privilegiada de algunos de los momentos más relevantes del siglo xx. Como afirma Elvira Lindo en el prólogo, «este libro tiene que llegar a las manos de quienes sueñan con ser periodistas, de quienes ya lo son, de las mujeres que anhelan un ejemplo de coraje, de los que no lo leyeron en su momento, de los que no lo han incluido en su listado de crónicas fundamentales de la República».
Con una admirable precisión y una singular fuerza evocativa, Gary Jennings ha reconstruido el mundo de los aztecas en los años en que, ante el embate de los conquistadores españoles, sufre una sacudida de la que ya no podrá recuperarse.