Kamila Hamilton vuelve a tener a sus dos mejores amigos en su vida. El problema es que Taylor y Thiago Di Bianco ya no son simples amigos. Ahora son mucho más.
Thiago y sus ojos verdes la dejan sin respiración.
Taylor y sus ojos azules jamás la decepcionarán.
Los hermanos han crecido y junto a ellos lo que siente Kamila. Y ahora que su vida se desmorona por momentos, su familia se desintegra y sus amigas le dan la espalda, los necesitará más que nunca... a los dos.
¿Cómo reaccionará Kami cuando Thiago bese otros labios?
¿Será capaz de proteger a Taylor de sus propios sentimientos?
¿Cuánto tiempo más podrá mantener el pasado bajo llave?
Dios ha vuelto a la tierra montado en una Harley Davidson para escuchar las inquietudes y ofrecer una serie de reglas para cambiar la vida de Christine.
Con treinta y siete años y una figura que no se ajusta a los cánones de belleza, Christine tiene pocas esperanzas de encontrar al hombre con quien compartir su futuro.
Lo que no sabe es que Dios ha vuelto a la tierra para entregarle unas simples reglas de vida acordes con nuestro tiempo, que harán de ella una mujer distinta y libre.
Aunque vista de chupa de cuero y cabalgue una Harley Davidson, en sus ojos se halla la sabiduría y en sus palabras sencillas descubrimos lo que siempre habíamos sospechado: el camino hacia la felicidad empieza y acaba en nosotros mismos.
En los otros dos libros de este volumen, Joan Brady nos cuenta otras entrañables historias que nos vuelven a mostrar el verdadero secreto de la felicidad: que, en realidad, está en nuestra mano alcanzarla.
Los autores de El cerebro del niño, Daniel J. Siegel y Tina Payne Bryson, analizan, en esta ocasión, el desafío primordial en la educación de los hijos: la disciplina.Haciendo hincapié en el fascinante vínculo entre el desarrollo neurológico del niño y el modo en que los padres reaccionan ante la mala conducta de este, La disciplina sin lágrimas proporciona un efectivo y compasivo «mapa de carreteras» para afrontar las pataletas, las tensiones y las lágrimas sin montar un número.Al definir el verdadero significado de la palabra «disciplina» (instruir, no gritar ni regañar), los autores explican cómo establecer conexión con el niño, redirigir emociones y convertir una rabieta en una oportunidad para crecer.