«NADA ES COMPARABLE AL ASOMBRO DE VIVIR».
A lo largo de mi vida, mis terapeutas han sido Platón, Sócrates, Marco Aurelio, san Agustín y Viktor Frankl, entre otros. También pueden ser los tuyos.
La razón me reveló que la tristeza es un desperdicio y que la inteligencia siempre tiende a la alegría. El pesimismo no es más que una perspectiva parcial y frente a él, el amor cura e invita al optimismo.
Esto es lo que quiero compartir contigo: que el ser humano puede elegir, que no es una marioneta en manos de la fatalidad, que es posible encontrar esperanza, que el dolor psíquico puede superarse y que el optimismo no es signo de ingenuidad, sino un ejercicio de lucidez.
La filosofía es la herramienta que nos ayuda a vivir mejor.
"Cuando el papel me cortó el dedo, sólo salió una gota de sangre del pequeño rasguño. Entonces, todo pasó muy rápido. "¡No!", rugió Edward. Se arrojó sobre mi, lanzándome contra la mesa y aterricé en un montón de cristales hechos añicos. Jasper chocó contra Edward y el sonido pareció el choque de dos rocas... Aturdida y desorientada, miré la brillante sangre roja que salía de mi brazo y después los ojos enfebrecidos de seis vampiros repentinamente hambrientos..."
La llama vuelve a encenderse y esta vez quemará a más de uno.
Rachel James tuvo que dejar su vida para salvar a los que ama, renunciando a todo lo que le importaba: sus colegas, su carrera y su familia.
Ahora, tras dos largos años, el destino toca a su puerta para que se enfrente a lo que le depara: al coronel Morgan, el hombre que la hizo pecar, y al líder de la mafia italiana, Antoni Mascherano.
Un importante cargo está en juego y la teniente debe prepararse para un nuevo duelo.
El caos empieza a despertarse: la tercera carta cae sobre la mesa, nuevos peligros salen a la luz, así como pasiones que se creían sepultadas, conflictos, complots y jugarretas que pueden poner en vilo a la mafia y a la milicia.
La saga Pecados Placenteros continúa en esta candente nueva entrega, donde la Lascivia da paso a una latente Lujuria, que demuestra que el tiempo no lo cura todo y que los amores nocivos son tan perjudiciales como intensos.
LUJURIA.
AMORES QUE ABRASAN.
Un thriller aterrador y absolutamente adictivo.
Salamanca, otoño de 2019. A través de un potente programa informático que permite cruzar datos de los diversos cuerpos policiales, seis estudiantes universitarios tutelados por el catedrático de Criminología Salomón Borges acaban de descubrir la existencia de un misterioso homicida, oculto durante tres décadas, cuyo modus operandi consiste en escenificar composiciones renacentistas encolando los cuerpos de sus víctimas.
Al mismo tiempo, la joven teniente Lucía Guerrero, miembro de la elitista Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, acaba de descubrir a su compañero crucificado y encolado en una colina de las afueras de Madrid. Un crimen inusitado y atroz que la llevará a conocer a Salomón Borges y a recorrer con él la geografía española, desde las calles de Salamanca hasta Segovia y el Pirineo de Huesca, en busca del abominable asesino.
Con Salamanca y la España de hoy como telón de fondo, Bernard Minier nos ofrece un thriller donde todos los personajes se enfrentarán a su propio destino, sus terrores más profundos y una verdad mucho más turbadora que la de cualquier relato mitológico.
Tras el formidable éxito de Taxi, considerada por la crítica como una de las mejores novelas españolas del año 2017, Carlos Zanón sigue ensanchando los horizontes de su universo imaginativo y nos sorprende de nuevo con una historia descarnada sobre tres personajes atrapados entre los hilos afectivos que les impiden llegar a ser ellos mismos.
Sin revelar su identidad, tres músicos talentosos y de cierto éxito -una pareja y su mejor amigo- se embarcan en una gira estival por campings y locales de la costa mediterránea versionando canciones sólo de 1985. A bordo de una impecable Camper California, conducida por un chófer al que apodan vanidosamente Polidori, la banda -compuesta por Jim, Eileen y Cowboy- se lanza a tocar y correr, gozar y sufrir, entre composiciones pop, huesos fracturados y emociones difíciles de manejar. Y a medida que se acercan al final de su recorrido, frente a las costas de Cádiz, los protagonistas se enfrentan a la disyuntiva de quemarse o seguir, pero ya convertidos en otros, sin vuelta atrás.
Vera, Sara y Alexander eran inseparables. Siendo adolescentes, habían establecido un vínculo especial, una amistad inquebrantable; habían trenzado sus vidas con nudos en apariencia irrompibles. ¿Por qué entonces, en la actualidad, Sara se siente sola? ¿Por qué los veranos en el lago ya no son tan mágicos como en algún momento fueron?