Cuando su padre la obliga a asistir a una escuela de esquí, Alice sufre un grave accidente que la marcará para siempre. A su vez, Mattia, un niño reservado, carga con las fatales consecuencias de un acto que cometió poco tiempo atrás. La infancia ha causado en Alice y en Mattia esa clase de heridas que difícilmente cicatrizan, y que los abocan a una soledad devastadora durante su adolescencia. Sin embargo, en el momento en que los dos se encuentren, nacerá la amistad y sus vidas se entrecruzarán hasta, en ocasiones, sentirse estrechamente unidos. Alice se dedicará a la fotografía, y Mattia desarrollará su talento para las matemáticas. Y sin embargo, igual que esos números especiales conocidos como «primos gemelos», algo los mantiene irremediablemente «solos y perdidos, juntos pero no lo bastante para tocarse de verdad», como piensa Mattia.
Un chico y una chica. Un amor que surge en un instante pero que perdura durante toda una década. Una relación que ni el tiempo ni la distancia pueden destruir. Que dura para siempre. O eso creen ellos.
Rune Kristiansen regresa de su Noruega natal a la tranquila ciudad de Blossom Grove en Georgia a los diecisiete. Esa es la ciudad en la que conoció a su amor de la infancia, Poppy Litchfield. Por ello, a su vuelta, solo tiene una cosa en mente, descubrir por qué su alma gemela, la chica que le prometió esperarle, cortó toda comunicación sin darle ninguna explicación. Hace dos años el silencio de Poppy le rompió el corazón y lo cambió para siempre. Descubrir la verdad le hará darse cuenta de que el dolor no ha terminado.
La vida no es justa, y eso Logan lo sabe muy bien. Después de una dolorosa pérdida, su corazón se ha vuelto hermético, frío e inquebrantable. Por eso no le importa que todos crean que es el malo de la historia.
Leah nunca se ha sentido la protagonista de la suya. Vive con la cabeza enterrada en los libros, intentando pasar desapercibida, y se refugia en la gran comunidad de lectores que tiene en internet.
Leah no es el tipo de chica que Logan está buscando.
Y Logan es la clase de chico que Leah trata de evitar.
Quizá por eso lo que hay entre ellos funciona tan bien.