Vivimos en un momento muy interesante. En el aspecto material, este es el mejor momento que hemos vivido como sociedad, somos más libres que nunca, más sanos y más ricos que cualquier otra época en la historia de la humanidad. Sin embargo, de alguna manera, todo parece estar irreparablemente destruido: el calentamiento global, los gobiernos se equivocan constantemente, las economías colapsan y todo mundo se siente perpetuamente ofendido en Twitter. En este momento de la historia, en el que tenemos acceso a la tecnología, a la educación y a las comunicaciones, a la que nuestros antepasados ni siquiera podían soñar, muchos de nosotros nos sentimos desesperanzados.
¿Qué está sucediendo? Si alguien puede ponerle un nombre a nuestro malestar y ayudar a solucionarlo, ese es Mark Manson.
Vivir no es algo estático. La vida se destruye y se construye con cada respiración, con cada tictac, con cada amanecer y cada pequeño gesto. Por eso, este libro es un compañero ideal en la aventura de existir. En su interior atesora 366 reflexiones que te invitan a ser consciente de quién quieres ser en cada momento, a estar más cerca de ti mismo y a vivir más intensamente el momento presente.
Anne Igartiburu, comunicadora desde hace más de dos décadas, es una de las presentadoras de televisión más queridas y reconocidas de nuestro país. Durante los últimos años ha desempeñado una bonita labor de divulgación en el ámbito del bienestar emocional, una de sus grandes pasiones y en la que se ha formado con algunos de los mejores profesionales de distintos campos. Sus encuentros con expertos en psicología, psiquiatría, neurociencia o filosofía en sus diferentes canales de difusión y en su Podcast Mi Latido de Más le han otorgado gran reconocimiento. En este libro quiere compartir algunos de sus más preciados aprendizajes fruto de este trabajo.
Amaia dio un paso adelante para ver el cuadro. Jasón Medina aparecía sentado en el retrete con la cabeza echada hacia atrás. Un corte oscuro y profundo surcaba su cuello. La sangre había empapado la pechera de la camisa como un babero rojo que hubiera resbalado entre sus piernas, tiñendo todo a su paso. El cuerpo aún emanaba calor, y el olor de la muerte reciente viciaba el aire.»
El juicio contra el padrastro de la joven Johana Márquez está a punto de comenzar. A él asiste una embarazada Amaia Salazar, la inspectora de la Policía Foral que un año atrás había resuelto los crímenes del llamado basajaun, que sembraron de terror el valle de Baztán. Amaia también había reunido las pruebas inculpatorias contra Jasón Medina, que imitando el modus operandi del basajaun había asesinado, violado y mutilado a Johana, la adolescente hija de su mujer.