Érase un vez un pobre lobillo que llevaba la comida de su abuela en un hatillo. Tropezó con la temible Caperucita Roja, imaginen ustedes todo lo que pasó después.
En el corral de la abuela Catalina, las gallinas Criolla, Pinta y Jabada pasan sus días cacareando y poniendo huevos. Un día llega la gallina Japonesa; tiene un cuello largo y delgado, y penacho de plumas alborotadas. Su aspecto despierta las burlas de las demás. Japonesa, triste y solitaria, busca refugio fuera del gallinero. Sin embargo, una noche oscura de feroz tormenta ella salvará de un peligro mortal a las demás.