Juancho estaba muy triste, su abuelo estaba enfermo. La Navidad no era la misma porque él era la alegría del hogar. La llegada de un anciano misterioso les recordó que esa era la época más hermosa y de fe de todo el año. Luego ocurrió el milagro esperado, el abuelo se recuperó, la fe en Jesús les devolvió la alegría navideña.
Clara cuida a sus dos nietos más pequeños en Los Cacaos, un pueblo que se está quedando sin vida pues todos se van a la ciudad. Un día aparece en su árbol de mandarina un enjambre de abejas, cambiando la vida de Clara, sus nietos y de doña Juana Martina.