Exploradores, soñadores y ladrones es una aventura a través de la memoria y los archivos. Este libro es un nuevo ejercicio de invención a partir del encuentro de la compleja historia de Europa y América.
Después del éxito de Volver a contar, el equipo curatorial del Museo Británico y del Hay Festival se unieron de nuevo para animar a diferentes autores a inspirarse en los objetos del museo.
En esta ocasión, la propuesta es un poco diferente. Los creadores fueron invitados a revisar una serie de documentos etnográficos: una profusión de diarios, cartas, bocetos, reflexiones y transacciones, todos referentes al proceso de adquisición de obras. Partiendo de estos materiales, la premisa fue imaginar narrativas propias que tuviesen como protagonistas a aquellos que lograron que esas piezas llegaran al espacio museístico. El proceso produjo un resultado asombroso. Como siempre, la imaginación de los escritores llegó hasta lugares insospechados.
Ha habido muchos ladrones de arte a lo largo de la historia, pero ninguno como Stéphane Breitwieser. Él nunca robó por dinero, sino que sustraía solo aquellas piezas cuya belleza lo embelesaba, y exponía esos tesoros en un par de habitaciones secretas de su casa, donde podía admirarlos a su antojo. Nuestro ladrón tenía, además de una gran sensibilidad artística, una habilidad innata para burlar casi cualquier sistema de seguridad, y consiguió perpetrar un número asombroso de robos a plena luz del día, sin armas ni amenazas, mientras su novia distraía a los guardias de seguridad. Pero ese talento iba unido a un creciente desprecio por el riesgo y una necesidad adictiva de fijarse nuevos retos, ignorando las súplicas de su novia para que dejara de hacerlo, hasta que un último acto de arrogancia acabó con todo.
A lo largo de casi ocho años, Breitwieser recorrió museos y catedrales de toda Europa, donde robó más de trescientos objetos —entre ellos cuadros de Pieter Brueghel el Joven, Antoine Watteau o François Boucher— y llegó a acumular más de 1.400 millones de dólares en piezas de coleccionismo de primer nivel. En El ladrón de arte, un auténtico rompecabezas con giros que resultan casi increíbles, Michael Finkel explora con brillantez la emoción de los golpes que llevó a Breitwieser a seguir adelante y narra de manera genial la historia de este ávido coleccionista para quien los museos no eran más que prisiones donde el arte se encontraba recluido.
En estas páginas nos embarcaremos en un viaje inquietante a través de ocho crímenes, cada cual más terrible, con los que os mostraré y reflexionaré sobre la maldad y cómo puede infiltrarse en los sitios menos esperados.
Indagaré dentro de las mentes enfermas de asesinos, psicópatas, ególatras y monstruos, revelando, desde una perspectiva psicológica y científica, cuáles fueron sus motivaciones y más oscuros secretos que los llevaron a cometer estos crímenes imperdonables.
Y nos haremos preguntas incómodas y no siempre fáciles de responder:
¿Cómo es posible que personas con vidas aparentemente normales puedan infligir tanto dolor, incluso a sus seres queridos?
¿El mal existe realmente o es un intento de darle nombre a las sombras más oscuras de nuestras almas?
¿Podríamos llegar a cometer los actos más viles si nuestra vida hubiera sido diferente?
PREPÁRATE PARA MIRAR DIRECTO AL ABISMO.
Y TEN CUIDADO DE QUE NO TE DEVUELVAN LA MIRADA.
Dos años después de la invasión rusa de Ucrania, Sofi Oksanen, reconocida como una de las narradoras escandinavas más brillantes gracias a novelas tan aclamadas como Purga, se adentra por primera vez en el campo de la no ficción con una crónica tan urgente como necesaria, tan implacable como estremecedora, sobre los crímenes sexuales de las tropas rusas en territorio ucraniano. Y lo hace tomando como hilo conductor dos dramas separados por ocho décadas: el de su tía abuela estonia que, tras una noche de vejaciones por parte del ejército soviético en 1944, enmudeció para siempre, y el de muchas personas que hoy siguen padeciendo un destino similar a manos de los soldados rusos.
A partir de estos casos, Sofi Oksanen nos muestra cómo, aunque nadie se bañe dos veces en el mismo río, la historia del imperialismo ruso no deja de repetirse. Así, la hoja de ruta de Putin recuerda a la de la emperatriz Catalina la Grande en Crimea en 1783 y a la de la Unión Soviética de Stalin, y las tres comparten el mismo modus operandi: negar la cultura e incluso la humanidad del supuesto enemigo, echando mano de una incesante propaganda y repitiendo el mito de la invencibilidad rusa, deportar o asesinar a poblaciones enteras y usar la violencia sexual como un arma más en el contexto de la guerra.
Lleno de lucidez, rabia y esperanza, Dos veces en el mismo río es una indagación de primer orden sobre la historia de la misoginia en Rusia y una valiosa reflexión acerca de las tropelías de los ejércitos, que da voz a las víctimas de unas prácticas que podríamos creer superadas, pero que nunca han llegado a desaparecer
En Farmaconomía, el periodista Nick Dearden cuenta su investigación que le hizo darse cuenta del modo en que producimos nuestros medicamentos y descubre que las grandes farmacéuticas nos están fallando, con consecuencias catastróficas. A esas grandes empresas les interesan más los beneficios que la salud. Eso quedó claro cuando los gobiernos se apresuraron a producir vacunas durante la pandemia de COVID-19. Detrás de los tan cacareados avances científicos, realizados sobre todo con fondos públicos, las grandes empresas encontraron nuevas formas de sacar miles de millones más a los gobiernos de Occidente mientras abandonaban al Sur Global.
Una aproximación práctica y sensata a los retos que plantea al cambio climático
Parece inevitable que surja la controversia cada vez que hablamos de calentamiento global. Pero una vez superada la reticencia a aceptar que no es un invento, aún nos queda ponernos de acuerdo sobre la mejor manera de hacerle frente. En unos momentos en los que la etiqueta de «verde» actúa más como corsé que como remedio, resulta clave entender la situación en la que nos encontramos para tomar las medidas más eficaces contra una cuestión tan seria como urgente.
La visión experta de Nemesio Fernández-Cuesta, quien fue secretario de Estado de Energía y Recursos Minerales entre 1996 y 1998, nos alerta en este libro sobre las gravísimas consecuencias que tendrá para España el cambio climático si no se aborda de forma racional. Con sensatez y desde una perspectiva técnica y racional, repasa las posibles soluciones desde una economía liberal más que desde la prohibición o la austeridad. Porque la solución pasa por sustituir un combustible por otro, no de cambiar nuestro modo de vida.
En medio de la desinformación y el ruido mediático, No se trata de si es verde o no, sino de si elimina o reduce las emisiones nos señala un camino ajustado a la lógica y alejado del pesimismo imperante; y nos proporciona la información necesaria para encarar el reto de la transición energética desde un punto de vista no ideologizado, que acepte la realidad del cambio climático, pero a la vez cuestione los dogmas que tantas veces lo acompañan.