En el siglo XX, el socialismo real pretendía instaurar una sociedad sin mercados donde la persona se reducía a mera materia socialmente reproducible. Ahora, en la tercera década del siglo XXI, el liberalismo tecnicista propugna un mercado sin sociedad. Para esta visión materialista y tecnicista la capacidad de transformación de la realidad por el ser humano no tiene límites. Dicho en otras palabras, la libertad humana no tiene límites. Es pura voluntad de poder ilimitado. Lo cual plantea el siguiente dilema: si el socialismo real, al negar la capacidad fabril de la persona, destruye lo social, ¿no destruirá el liberalismo tecnicista con su negación de los principios metafísicos de la libertad, la libertad individual misma?
Hay quien piensa que, dado que vivimos en una época de avances tecnológicos sin precedentes, los trabajadores nunca han disfrutado de mejores condiciones laborales. Pero la realidad es que los salarios se han estancado mientras el coste de la vida no deja de aumentar. En los últimos cuarenta años, un puñado de empresas ha cosechado la mayor parte de los beneficios derivados de ese progreso y, en lugar de trasladar las ventajas de esos avances a los consumidores reduciendo los precios, estos han subido, lo que ha contribuido a incrementar la desigualdad y a frenar la movilidad social.
Basándose en su propia e innovadora investigación y relatando historias de empleados comunes, Jan Eeckhout demuestra cómo el poder de una economía controlada por empresas «superestrellas» ha asfixiado el mercado laboral y cómo, sin mejores mecanismos para garantizar la competencia, este sistema nos aboca a desastrosas consecuencias, tanto económicas como sociales y políticas.
La paradoja del beneficio es un estudio provocador, pero también una interesante propuesta de soluciones para restaurar una economía más sana.
La salvaje lucha de David contra el Goliat de las finanzas que cambió Wall Street para siempre
A principios de 2021, un grupo poco coordinado de inversores privados y troles de internet, que intercambiaban mensajes sobre acciones y mercados en una página web, consiguió algo inesperado: tumbar uno de los hedge funds más importantes de Wall Street. Fue el primer disparo de una revolución que amenaza con acabar con el sistema financiero tal y como lo conocemos.
Este libro vertiginoso y osado reconstruye la historia de ese acontecimiento inédito. Sus protagonistas son titanes de la inversión, millonarios como Elon Musk, los creadores de la herramienta de inversión Robinhood y muchas personas anónimas con vidas normales.
Todos ellos, durante cuatro días, libraron una batalla en torno a GameStop, una cadena de tiendas de videojuegos y electrónica cuyas acciones se dispararon. Lo que empezó siendo una broma online, con emoticonos y memes, acabó poniendo en jaque al sistema y reportando beneficios millonarios a los participantes.
Como si se tratara de un thriller, La red antisocial desvela algunas de las debilidades y oportunidades del sistema financiero, y relata la capacidad de unos cuantos individuos para subvertirlo. ¿El objetivo? Que, por una vez, David gane a Goliat y se lleve sus beneficios.
La élite tecnológica tiene un plan para sobrevivir al apocalipsis: dejarnos a todos atrás. Cinco misteriosos multimillonarios convocaron al teórico Douglas Rushkoff a un resort desértico para una charla privada. ¿El tema? Cómo sobrevivir al «evento»: la catástrofe social que saben que se avecina. Rushkoff llegó a la conclusión de que estos hombres estaban bajo la influencia de «la Mentalidad» («The Mindset»), una certeza al estilo de Silicon Valley de que ellos y su cohorte pueden romper las leyes de la física, la economía y la moral para escapar de un desastre de su propia creación, siempre y cuando tengan suficiente dinero y la tecnología adecuada. Rushkoff rastrea los orígenes de la Mentalidad en la ciencia y la tecnología hasta su expresión actual en las misiones a Marte, los búnkeres insulares, el futurismo de la inteligencia artificial y el metaverso. A través de personajes fascinantes, explica por qué quienes tienen más poder para cambiar nuestra trayectoria actual no tienen interés en hacerlo, y nos muestra cómo trascender el paisaje creado por la Mentalidad —un mundo vivo con algoritmos e inteligencias que recompensan activamente nuestras tendencias más egoístas— y redescubrir la comunidad, la ayuda mutua y la interdependencia humana.
Un llamamiento a favor de repensar el sistema educativo y premiar la excelencia
El mérito ha sido un valor fundamental desde la Revolución francesa, que defendió la virtud del esfuerzo frente a los privilegios de nacimiento. Desgraciadamente, este principio republicano, fruto de la Ilustración, es atacado a diario desde todos los frentes.
Algo importante se mueve bajo las aguas, antes aparentemente calmas, de la economía y la política democrática. Desde hace algo más de una década, la insatisfacción sobre el comportamiento de la economía en algunos aspectos, los emergentes horizontes tecnológicos y un visible malestar de amplios sectores sociales han dado paso a crecientes deseos de renovación del contrato social vigente.
En el orden de las ideas el cambio es perceptible. Los dogmas que marcaron el final del siglo xx han dado paso a una conversación más abierta. Preguntas cruciales como cuál es el propósito de la empresa, qué papel han de jugar los Estados en la economía, por qué importa la desigualdad, cómo repartir mejor los riesgos entre Estado, empresas y trabajadores, o conciliar la búsqueda de la eficiencia económica con la justicia social tienen ahora nuevas respuestas.
La pandemia, con sus efectos de parada inducida y nuevo arranque, ha acelerado esos cambios, de modo que algunos procesos de transformación parecen proyectarse inexorablemente hacia el futuro. Destacan la llamada doble transición, tecnológica y medioambiental, la ruptura de lo que hemos conocido como globalización o las encrucijadas políticas asociadas al malestar. De todo ello emana la oportunidad de avanzar hacia una nueva prosperidad, pero el camino estará plagado de dudas y riesgos.
En este libro, los autores analizan la complejidad de esa dinámica de cambios múltiples y proponen tejer un hilo -un nuevo contrato social para una economíadigital y verde, pero decididamente inclusiva- quepueda servir para orientarnos en estos laberintos.