Si en la Antigüedad parecía que más allá de las columnas de Hércules se extendía un universo en el que todo era posible, hoy, en una época en que hasta la última "terra incognita" ha desaparecido de nuestros mapas, aquellos maravillosos terrenos baldíos en que la fantasía podía erigir sus edificios ya no existen. Solo la imaginación de los hombres sigue creando, como ha hecho durante siglos, lugares que no caben en este mundo. Impulsados por la añoranza de lo desconocido, Alberto Manguel y Gianni Guadalupi han reunido en esta "Guía de lugares imaginarios" -que compendia la edición publicada en formato mayor en esta misma editorial-, ordenadas alfabéticamente, las más destacadas creaciones a las que, a lo largo de la historia, ha dado vida la fantasía en la literatura, desde Homero hasta Michael Crichton o J. K. Rowling, pasando por las obras del ciclo artúrico, "Las Mil y Una Noches" o los relatos de Verne, Tolkien, Borges, Calvino, Chatwin o Rushdie. Enriquecido por alrededor de un centenar de mapas, planos e ilustraciones, la obra invita al lector a internarse en el sugerente territorio de la literatura fantástica y puede servir, asimismo, como libro de referencia, al estar completado por un índice de autores que da cuenta de las obras recogidas y las entradas relacionadas con cada una de ellas.
Agricultura, tejeduría, cerámica, metalurgia, altares y sacrificios, escritura, ciudades y Estados constituyen las etapas que las civilizaciones del Viejo y del Nuevo Mundo recorrieron en el mismo orden. En Mesoamérica, el paralelismo también incluye una serie impresionante de técnicas y desarrollos culturales, desde los sellos cilíndricos hasta el moldeo a la cera perdida, desde la introducción del cero hasta figurillas de terracota de animales montados sobre ruedas. ¿Son itinerarios preestablecidos por nuestro acervo genético o son el resultado de antiguos contactos? ¿No puede extraerse acaso de esta pregunta una tesis sólida que esclarecería nuestras esencias históricas?
Los estudiosos persisten en su escepticismo sobre las posibles pruebas de contactos precolombinos entre América y otros continentes y los exiguos heterodoxos no han presentado aún pruebas dignas de su respaldo. Este revelador y revolucionario ensayo aborda el problema con una nueva herramienta extraída de la geografía matemática: el examen de las coordenadas transmitidas por Claudio Ptolomeo constata que asignó a la Tierra unas dimensiones erróneas y permite demostrar que, en la Antigüedad, los océanos no constituían una barrera insalvable, eliminando de base la concepción determinista de la historia.
¿Confundió Ptolomeo las islas Canarias con las Antillas Menores del Caribe? ¿Era Hiparco su fuente? ¿Habían descubierto los cartagineses aquellos lugares ignotos antes que nadie? ¿Qué consecuencias tuvo la conquista del Mediterráneo a manos de Roma en el conocimiento científico de entonces? Y, sobre todo, ¿cuál es la trascendencia real de la cuestión? El físico, matemático e historiador italiano Lucio Russo emprende en La América olvidada un apasionante viaje al encuentro de las claves de nuestra civilización.
Esta extraordinaria biografía nos ofrece una visión profunda de la Antigüedad tardía y de Justiniano, un hombre que, desde los comienzos más humildes, llegó a gobernar gran parte del mundo conocido y alcanzó una consideración casi divina. Un emperador que infundía un significado espiritual incluso a las tareas más mundanas. Un administrador excelente y obsesionado con los detalles. Un hombre, ya en la mediana edad, capaz de cambiar la ley para poder casarse con una bailarina de la que se enamoró, y que gobernó acompañado de la emperatriz Teodora durante más de veinte años. Un brillante estratega militar que nunca estuvo en primera línea.
Se enfrentó a retos como el cambio climático, las luchas culturales e identitarias o la primera pandemia mundial de la que se tiene constancia, y muchas de las soluciones que encontró siguen teniendo sentido en la actualidad. Su legado nos rodea y está patente en el mundo de hoy, desde un sinfín de monumentos entre los que cabe destacar la hermosa Santa Sofía, hasta nuestro sistema jurídico, a través de la codificación del Corpus Iuris Civilis, pasando por su contribución a la cultura, a la cristiandad y al islam. En esta obra maestra, Sarris nos muestra que, con toda su complejidad y contradicciones, Justiniano fue, en muchos sentidos, un emperador sorprendentemente moderno.
Tras el brutal golpe de Estado de 1936, la represión fue uno de los pilares fundamentales para que la dictadura franquista se mantuviera durante cuarenta años en el poder, y la Dirección General de Seguridad (DGS), situada en la Real Casa de Correos, en plena Puerta del Sol, el símbolo del terror impuesto.
Por los calabozos de la DGS pasaron miles de hombres y mujeres que fueron encarcelados, torturados y asesinados: Marcos Ana, Marcelino Camacho, Enrique Ruano, Nicolás Sartorius o el histórico dirigente comunista Julián Grimau, entre otros. A pesar de que la DGS se mantuvo activa hasta entrada la democracia, actualmente no queda vestigio alguno que rememore lo que allí sucedió. Hay placas en honor a los que lucharon el 2 de mayo de 1808, a las víctimas del atentado del 11M o a los muertos por la Covid-19, pero nada que recuerde a todos aquellos que padecieron la dictadura de Franco.
Un recorrido por la memoria familiar siguiendo las huellas geográficas, mentales y sociales de todo un siglo en nuestro país.
Tal vez el más difícil de los sujetos de estudio sea nuestra propia familia. Esta historia nace del relato fragmentado e interrumpido de los abuelos, pero también de la vivencia del conflicto como historiador del autor, Gutmaro Gómez, que es a la vez el hijo que vive el deterioro y la precariedad en la que viven sus mayores y el padre que ve como sus hijos mantienen y reproducen muchas de las claves heredadas del pasado a pesar de la distancia generacional y tecnológica.
Los descendientes nos ofrece una visión de conjunto de todo un siglo a través de los archivos, las imágenes, los recuerdos y las experiencias familiares, y trata de explicar, en definitiva, por qué la historia se ha convertido en un arma de polarización y de división política en nuestros días. El lector tiene en sus manos un tratado de recuerdos, de fronteras, de llamadas perdidas. Un mapa de las huellas geográficas, mentales y sociales de un tiempo, un país, un continente. Una historia de los afectos, de los miedos y los fracasos que se transmiten en el hogar. Una guía, un antídoto para el dolor de adentrarnos en los silencios, en las pistas falsas y mentiras que nos legaron nuestros seres queridos.
Los meses finales de la Segunda Guerra Mundial en Europa fueron el periodo más sangriento y destructivo de todo el conflicto; también el más confuso y menos conocido. Cada día, por término medio, treinta mil seres humanos perdían la vida en los distintos frentes, en las ciudades bombardeadas, en los convoyes de refugiados que huían del Ejército Rojo, en los navíos que se arriesgaban a navegar por el mar Báltico, en las prisiones y los campos de concentración, en los trenes, en los caminos por los que se evacuaba a los deportados…
Hitler fue el gran responsable de esta orgía de muerte y destrucción. Mermado por la enfermedad, acorralado, cuestionado u odiado por su propio pueblo, obligado a vivir bajo las bombas en un agujero húmedo, siguió alimentando la hoguera hasta el final.
Para comprender este horror, Jean Lopez hace una minuciosa reconstrucción de los últimos días del Führer, siguiéndole desde el 15 de enero de 1945, fecha de su regreso definitivo a Berlín, hasta su muerte, el 30 de abril, y aborda también algunos episodios importantes de ese periodo, como las marchas de la muerte, las verdaderas pérdidas militares alemanas o los crímenes de guerra soviéticos.