Luis XIV gobernó Francia desde su dormitorio. Durante la segunda Guerra Mundial Winston Churchill gobernó Gran Bretaña desde el suyo. Los viajeros acostumbraban acostarse con extraños y familias enteras compartían la cama en muchos hogares preindustriales. Las camas era artículos caros y, a menudo, de exhibición. A Tutankamón lo enterraron en un lecho de oro; los griegos acaudalados partían al más allá en camas-comedor y a los victorianos de clase media fallecidos se les reclinaba sobre una cama en el salón.
En esta amplia historia social, que cubre los últimos 70000 años, Brian Fagan y Nadia Durrani analizan el papel infinitamente variado a lo largo del tiempo. Este era un lugar para el sexo, la muerte, el parto, la naración de historias y la socialización, así como para dormir. ¿Pero quién hacía qué con quién, por qué razones, y como era que esto podía variar increíblemente según el momento y el lugar? Es apenas en la era moderna que la cama se ha transformado en una zona privada y oculta, y en gran medida su rica historia social ha quedado en el olvido.
Ochenta años después del final de la Segunda Guerra Mundial, son muchos los episodios y secretos que se guardaron a toda prisa en favor de la reconstrucción del mundo
. Desde el suicidio de Hitler en abril de 1945 al lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki, pasando por los bombardeos de castigo contra Alemania y Japón, hasta la trágica vuelta a casa de los supervivientes del Holocausto o los crímenes cometidos en el último minuto, el afán por contar un desenlace feliz corrió un velo sobre hechos y datos que han quedado en el olvido hasta hoy.
Grego Casanova, historiador, periodista y youtuber, revela con gran pulso narrativo y rigor en las páginas de este libro lo que nunca te contaron de una contienda que hasta el final fue destrucción, discordia y sangre.
«Con este libro rindo tributo a mi padre y a mi abuelo; ambos médicos psiquiatras, escritores y excepcionales maestros en el arte de disfrutar aprendiendo y gozar enseñando. Continúo la serie de «Locos egregios» que iniciase mi abuelo Antonio y continuase mi padre, Juan Antonio; es, de alguna manera, el tercero de la saga escrito por un miembro de la tercera generación».
Estas palabras de Alejandra Vallejo-Nágera nos introducen en un ensayo apasionante en el que disecciona la condición humana de seis personalidades que un día gobernaron a su nación con una mente trastornada.
La historia de dos alpinistas que trabajaban para la gloria del régimen soviético y fueron víctimas de las purgas stalinistas.
Esta es la historia nunca antes contada de los hermanos Abalákov, dos alpinistas que trabajaban para la gloria del régimen soviético y que fueron víctimas de las purgas stalinistas.
Vitali y Yevgueni eran dos huérfanos siberianos que disfrutaban de la escalada antes de hacerse alpinistas expertos. Realizaron muchas expediciones entre el Cáucaso y Asia Central que culminaron en los años 30 con sus subidas a los impresionantes picos de Stalin y Lenin. En una cultura en la que el alpinismo estaba dictado por la ideología de un nuevo mundo, a través de la conquista de nuevos territorios y la guerra, Vitali Abalákov todavía fue víctima del Gran Terror y las purgas de 1938. Finalmente fue liberado. A pesar de haber perdido varios dedos en una tormenta de nieve a gran altitud, volvió al alpinismo y consiguió otra vez, dirigiéndose Spartak, retornar al más alto nivel. Su hermano Yevgueni murió en 1948 cuando se disponía a subir al Everest.
Tras Hermanos de sangre y The Pacific, Los amos del aire es el libro que ha inspirado la nueva serie de Steven Spielberg y Tom Hanks para Apple TV. Los amos del aire es la historia personal de los bombarderos aliados que en la Segunda Guerra Mundial golpearon con su carga letal el mismísimo corazón del Tercer Reich. Combinando el poder del rigor histórico con la fuerza narrativa propia de la mejor ficción, su aclamado autor, Donald Miller, transporta al lector en un viaje trepidante a través de los cielos teñidos de fuego sobre Berlín, Hannover y Dresde, una guerra sin cuartel con devastadoras consecuencias tanto para la maquinaria de guerra nazi como para el pueblo alemán librada a más de 7000 metros de altitud, unas cotas a las que jamás se había combatido anteriormente y que llevaron a extremos inconcebibles la resistencia física y psicológica de las tripulaciones aliadas. El combate aéreo era mortal pero intermitente: periodos de inactividad y ansiedad eran seguidos por breves descargas de fuego y terror.
En los años veinte, la comunidad india de los Osage en Oklahoma era la población de mayor renta per cápita del mundo. El petróleo que yacía bajo sus propiedades les convirtió en millonarios: construyeron mansiones, tenían chóferes privados y mandaban a sus hijos a estudiar a Europa. Pero un espiral de violencia asoló esta comunidad indígena cuando sus miembros empezaron a morir y a desaparecer en extrañas circunstancias. La familia de una mujer Osage, Mollie Burkhart, se convirtió en un objetivo principal. Sus tres hermanas fueron asesinadas. Una fue envenenada, otra murió a tiros y la tercera falleció en una explosión. Otros miembros de la los Osage morían en circunstancias misteriosas, y muchos de los que se atrevieron a investigar los crímenes fueron también asesinados. Cuando el número de muertos alcanzó los veinticuatro, el recién inaugurado FBI decidió intervenir y fue uno de sus primeros grandes casos de homicidio. Después de que la investigación resultara un desastre, el joven director J. Edgar Hoover acudió al antiguo comandante de Texas, Tom White, para que desvelase el misterio. White estableció un equipo infiltrado, incluyendo a un agente nativo en el grupo.