«Este es sobre todo un libro de experiencias humanas», nos dice Max Hastings, autor de libros tan valiosos como Armagedon, Némesis y La guerra de Churchill, que ha querido culminar su carrera como investigador de la historia de la Segunda guerra mundial con una ambiciosa visión global, que se aparta de las que se han publicado hasta ahora por el peso que da a las experiencias vividas. “Hombres y mujeres de un buen número de naciones –nos dice- se han afanado por buscar palabras con las que describir lo que vivieron”.
Valiéndose de estos testimonios de quienes participaron en la guerra en los más diversos escenarios del planeta, Hastings enriquece el relato de bombardeos, batallas y crímenes de guerra con una dimensión humana que los transforma.
Un texto fundamental para comprender las vanguardias artísticas del s. XX
Zurich, 1916. En plena guerra mundial, las oscuras callejuelas y ruidosos tugurios de este ciudad suiza acogen a una nutrida flota de refugiados políticos, agentes secretos, jóvenes objetores renuentes a marchar al frente, artistas, literatos y poetas exiliados. Entre todos ellos, un grupo de amigos encabezados por el rumano Tristan Tzara da a conocer el movimiento Dada en una serie de manifiestos. Su lugar de reunión es el mítico Cabaret Voltaire, en el número 1 de la Spielgasse, frente al domicilio de Lenin y Krupskaia. Tzara, Arp y Schwitters, entre otros, juegan al ajedrez con el revolucionario ruso por la tarde, y por la noche se entregan a la rebelión espiritual contra una sociedad responsable de haber transformado Europa en una inmensa carnicería. Tal vez ningún otro movimiento espiritual haya pretendido renovar el arte y la literatura desde unos presupuestos tan radicales y subversivos como los que alientan en cada uno de estos siete manifiestos.
Sobre la fotografía, publicado por primera vez en 1973, supuso un trabajo revolucionario en la crítica fotográfica. Con él, Susan Sontag planteó cuestiones ineludibles, en el plano moral y estético, acerca de esta forma artística. Hay fotografías en todas partes; tienen la potesta de impactar, idealizar o seducir, pueden provocar la nostalgia o pueden servir de recordatorio, y se erigen en prueba contra nosotros o en el medio para identificarnos. En estos seis penetrantes capítulos, Sontag se pregunta cómo afecta la omnipresencia de estas imágenes a nuestro modo de ver el mundo, y cómo hemos llegado a depender de ellas para confeccionar las nociones de realidad y autoridad.
Como afirma Manuel García Pelayo en el epílogo a esta edición, la obra no es sólo representativa del florecimiento del pensamiento jurídico-político durante la República de Weimar, sino que también abre amplios horizontes a quienes deseen profundizar en el estudio del Derecho Constitucional para comprenderlo "como una realidad viva, resultado tanto en sus ideas y en su práctica de un rico decurso histórico, al tiempo que decisión normativamente expresada y articulada sobre la modalidad de la existencia política de un pueblo". Nueva edición revisada.
Si en 1996 Carlos Castilla del Pino nos descubría una faceta, la del excelente memorialista, todavía inédita de su extensa obra ensayística y novelesca al ganar el IX Premio Comillas con Pretérito imperfecto (Andanzas 294), ahora honra una vez más nuestro catálogo con un ensayo de su especialidad como psiquiatra, dedicado a un tema apasionante, que nos concierne muy directamente a todos en lo más hondo de nuestro ser: la afectividad y el mundo de los sentimientos. A lo largo de este minucioso y apasionante tratado, el autor aborda, como siempre con un lenguaje transparente al alcance de todos, una de las dimensiones fundamentales del ser humano. En efecto, nuestra relación con el mundo no es únicamente cognitiva, sino que entre el sujeto y su entorno casi siempre cabe hablar de una forma de relación que va desde la búsqueda de la posesión hasta el rechazo absoluto. Los sentimientos -lo que los antiguos llamaban las pasiones del alma- no son, en definitiva, sino modulaciones del deseo; y la psicología, una investigación en profundidad de lo que conforma la esencia misma del ser humano.