Este es un libro apasionante para todos los aficionados a la historia de la guerra, sobre todo porque trata de un período tan mitificado y, al mismo tiempo, tan mal conocido como la Edad Media. Una época cuya mera mención evoca grandiosas batallas, desde Hastings hasta Azincourt, desde Poitiers a Bouvines, todas descritas magistralmente en estas páginas.
Pero es mucho más que eso: aquí el relato bélico está firmemente imbricado en los procesos económicos, polí- ticos, sociales y religiosos que dieron lugar a esos conflictos armados y que los explican. Muy alejado de la tradicional visión eurocéntrica, este libro nos sumerge en escenarios bélicos lejanos y desconocidos: desde los valles hindúes a las gargantas del Tayikistán; desde el mar del Japón hasta los lagos aztecas; desde las heladas aguas del Báltico hasta los ardientes desiertos de Arabia. Es, en suma, una historia universal de la Edad Media hasta ahora desconocida.
Richard Overy examina en este absorbente libro la Segunda Guerra Mundial desde una perspectiva completamente nueva, analizando este devastador conflicto como una guerra entre imperios que puso un violento a casi un siglo de expansión imperial y que alcanzó su culminación con las ambiciones de tres potencias emergentes —Japón, Italia y Alemania— antes de convertirse en el enfrentamiento militar global y más costoso en vidas de la historia de la humanidad.
Con un absoluto dominio de la bibliografía y las fuentes históricas, Overy se desplaza por todos los escenarios bélicos, desde Europa hasta el sudeste asiático y el Pacífico, y narra el amargo precio que pagaron cuantos se vieron envueltos en la lucha, tanto en los frentes de batalla como en la retaguardia, así como la excepcional brutalidad de los crímenes y atrocidades que marcaron los combates y sus consecuencias. Pocos historiadores como Richard Overy tienen la capacidad de compendiar y narrar los datos y las innumerables historias de un conflicto que cambió definitivamente el orden mundial y nuestro presente.
La tesis fundamental de Steinbock es que las emociones morales no solo tienen su propia temporalidad sino que permiten formas específicas de evidencia que clarifican el sentido de la personalidad, además de relanzar nociones como libertad, crítica y normatividad.
Esta obra marca una nueva etapa en la investigación fenomenológica. Se desarrolla a partir de una exploración sistemática en torno a lo que Steinbock denomina las «emociones morales», que describe como emociones de la auto-donación (orgullo, vergüenza y culpa), de la posibilidad (arrepentimiento, esperanza y desesperanza) y de la otredad (confianza, amor y humildad). A través de ellas descubre la estructura básica que subyace a las experiencias interpersonales concretas.
La tesis fundamental de Steinbock es que las emociones morales no solo tienen su propia temporalidad sino que permiten formas específicas de evidencia que clarifican el sentido de la personalidad, además de relanzar nociones como libertad, crítica y normatividad. Estas, a su vez, permiten el desarrollo de un nuevo paradigma para afrontar los retos de los imaginarios sociales contemporáneos, más allá de la disputa modernidad/posmodernidad.