Un ensayo esclarecedor de Marta Rebón, que a partir de su interés por las letras eslavas aborda la compleja relación entre Rusia y Ucrania con claves que nos aporta su rica literatura ―de Vasili Grossman a Nikolái Gógol, de Svetlana Aleksiévich a Antón Chéjov, de Mijaíl Bulgákov a Liudmila Ulítskaia―, para entender mejor la guerra que ha puesto en jaque la geopolítica mundial.
El 4 de mayo de 1976 se publica el primer ejemplar de El País, con un porvenir incierto en una España que todavía despierta de una larguísima posguerra y de la muerte de un dictador, una España encogida y ausente de Europa.
Lejos ya de aquellas zozobras, hoy El País es el principal periódico español, uno de los grandes de Europa y un ejemplo de periodismo. Lo que hay entre medio son cuarenta años de la vida de nuestro país, años de profundos cambios y transformaciones. Pero no es éste un libro sobre la reciente historia política o social de España, sino una hermosa crónica nostálgica y humana de un ideal y de una empresa a lo largo de todo este tiempo, sin resentimientos ni rencores, tan llena de evocaciones y anécdotas que se lee como una novela, con personajes de carne y hueso que todos conocemos y admiramos por haber sabido mantener su amor a la libertad y al periodismo.
Su personal sensibilidad, su falta de prejuicios y su formación anarquista lo predisponen a algo insólito en aquel momento: entender el sufrimiento de aquellos alemanes dos años después de la derrota. Stig Dagerman, el joven escritor de las letras suecas, emprende, en el otoño de 1946, un viaje por la Alemania destruida, la Alemania en ruinas, como corresponsal del periódico sueco Expresen. Su personal sensibilidad, su falta de prejuicios y su formación anarquista lo predisponen a algo insólito en aquel momento: entender el sufrimiento de aquellos alemanes dos años después de la derrota. Dagerman es capaz de discutir el cinismo del comportamiento de los aliados, con políticas más prontas a favorecer la pervivencia del nazismo que su rechazo.