¿Qué pueden decirnos los mejores profesores del mundo sobre nuestros hijos? ¿Qué consejo pueden darnos para ayudarnos a criar niños felices, confiados y afectuosos?
Los profesores pasan mucho tiempo con sus alumnos: hablando, escuchándolos, observándolos y guiándolos. ¿Podrán también enseñarnos a nosotros cómo ayudar a los niños a convertirse en adultos compasivos, contentos y exitosos, así como en ciudadanos conscientes?
En Free Play, Stephen Nachmanovitch propone una meditación magistral sobre cómo la improvisación se puede aplicar no solo al arte sino también a la vida y sobre cómo, al hacerlo, desbloquearemos nuestra creatividad.
«¿Cómo se aprende a improvisar? ¿O, en todo caso, cómo se aprende cualquier arte? ¿O cualquier cosa? Es una contradicción, un oxímoron. Ve y dile a alguien: “¡Sé espontáneo!”. O trata de que alguien te lo diga. Nos sometemos a maestros de música, de baile o de talleres literarios que pueden criticar o sugerir, pero lo que realmente nos piden es que “seamos espontáneos”, que “seamos creativos”. Y eso, por supuesto, es más fácil decirlo que hacerlo. ¿Cómo se aprende a improvisar? La única respuesta es otra pregunta: ¿Qué nos lo impide? La creación espontánea surge de lo más profundo de nuestro ser. Lo que tenemos que expresar ya está en nosotros, somos nosotros, de manera que la creatividad no es una cuestión de encontrar el material, sino de desbloquear los obstáculos para que fluya naturalmente.
Fue un antes y un después en un año crucial. La publicación de La Edad de Plata (1902-1939). Ensayo de interpretación en 1975 supuso un momento fundacional de los estudios literarios y culturales sobre la primera mitad del siglo xx en nuestro país. La mirada lúcida e incisiva de José-Carlos Mainer abrió infinidad de caminos ubérrimos por los que han transitado muchos de los trabajos posteriores en el ámbito de estudio, por no decir casi todos. Aun así, esta obra original mantiene toda su vigencia y su atractivo, apoyada en tres virtudes luminosas: una estimulante calidad literaria, la lectura renovadora de algunas obras fundamentales y una apreciación de aquellos factores de unidad fundamentales, como la reconexión española con la Europa moderna, la relación con el público y la búsqueda del mismo, la afortunada creación de instituciones culturales, la incardinación de pedagogía y estética, la configuración de un arte nacional y la modernización radical que preside el proceso entero de una época irrepetible.