Segundo volumen de este monumental intento de establecer una filosofía de la Historia.
Editada por primera vez en España en 1923 y precedida de un prólogo de Ortega, esta obra, abundante en datos, teorías, reflexiones, etc., plantea la hipótesis de que Occidente no lo es todo, y que se acaba. Para Spengler la Historia está habitada de seres/culturas que nacen, crecen, se multiplican y mueren. Quizá la lectura ayude a responder alguna de las cuestiones que Ortega plantea en su texto: «¿De qué modo puede sucumbir una cultura que no sea por propia detención…?». Una obra magistral que ha trascendido al tiempo.
¿Qué se sabe en realidad de Fidel Castro? ¿Cómo vive? ¿Es de verdad el hombre austero y fiel a los ideales de la revolución comunista que afirma ser? La respuesta, según Juan Reinaldo Sénchez, guardaespaldas personal del Comandante durante diecisiete afios, es un rotundo no. El Líder Máximo no solo lleva una vida mucho más confortable de lo que siempre ha dado a entender, sino que tras su fachada de respeto a la ortodoxia del comunismo se esconden manipulaciones financieras dudosas que en este libro se desvelan por primera vez.
Innumerables secretos de Estado y traiciones ocultas han pasado ante los ojos de Juan Reinaldo Sánchez, que ha sido testigo privilegiado de las múltiples facetas del gobernante cubano, reveladas por primera vez en este libro: estratega genial en Nicaragua y Angola, autócrata paranoico en su país, espía sin igual a todas horas, diplomático maquiavéIico, padre de familia distraído -tiene al menos nueve hijos, habidos de cinco relaciones diferentes-, obseso de las grabaciones e, incluso, cómplice de los narcotraficantes, la gota que acabó colmando el vaso del que fue durante casi dos déoadas su fiel guardaespaldas.
Un testimonio excepcional que pone en duda todo lo que se creía saber hasta ahora sobre la vida pública y privada de Fidel Castro.
Los medios de comunicación han dedicado muchas páginas a la crisis del sector,que amenaza con hacer desaparecer a la antaño poderosa prensa generalista. Sin embargo, no es la prensa la que está en crisis, sino ciertas formas de ejercer el periodismo… Como prueban los medios cooperativos, que están sorteando la actual recesión con propuestas y fuerzas renovadas.
La prensa ha muerto: ¡viva la prensa! entra en las redacciones y en los despachos de administración de algunos de los medios independientes más destacados de Europa y América para desvelar qué hay detrás de estas iniciativas, en muchos casos consolidadas, que no cuentan con el apoyo de grandes inversores pero que, pese a ello, han descubierto el secreto para mantenerse en pie y ofrecer un periodismo honesto y valiente.
Métodos colectivos de organización, implicación de lectores y audiencias, democratización radical de consejos de administración y redacciones… En estos tiempos en los que ciudadanos y periodistas intentan explorar nuevas formas de comunicación, conocer con detalle los sistemas de financiación y distribución de los casos aquí estudiados muestra, sin duda, un camino. Y también, seguramente, las claves del cambio que deberá emprender la prensa tradicional si no quiere ver peligrar su supervivencia.