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DE LAS PROLONGACIONES DE LO HUMANO

¿Qué es la experiencia? ¿Cómo se constituye? Una aproximación común a estas preguntas supone que el entendimiento es algo que emerge de la percepción sensorial. Luis Miguel Isava retoma estas interrogantes y desarrolla una propuesta muy distinta: la experiencia no se produce como resultado del percibir, entendido como acto originario y no mediado, sino que tiene lugar a partir de ciertas condiciones específicas de posibilidad. Para Isava este requisito funciona efectivamente como un protocolo: un sistema de criterios formales, sujetos a contingencias históricas y culturales, que efectivamente organizan y le otorgan sentido a lo percibido y así lo “sancionan” como experiencia. Estos protocolos que hacen posible la experiencia están arraigados tan profundamente que pueden resultarnos invisibles y “naturales”, pero en realidad son cambiantes. Distintas culturas, en distintos momentos históricos, fundan cada una sus experiencias en base a protocolos diferentes. Esto puede resultar evidente al momento de considerar los procesos de encuentro entre culturas disímiles que han ocurrido a lo largo de la historia. Sin embargo, Isava se enfoca en un problema menos obvio y más sugerente: ¿qué ocurre cuando en el seno de una misma cultura aparecen objetos que, bajo los protocolos vigentes, no pueden ser asimilables como experiencia? Esta posibilidad, nos muestra Isava, podemos hallarla en el arte, o más exactamente, en lo que él denomina los “artefactos culturales” de la modernidad. A partir de ejemplos concretos tomados de la poesía, la pintura, el cine y la música, Isava muestra cómo el arte puede suscitar momentos extraños, reflexivos o críticos que, al enfrentarse con los protocolos de la experiencia ya establecidos, pueden generar nuevas formas de hacer mundo y, en consecuencia, nuevas posibilidades de habitarlo.
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DE LAS RUINAS DE LOS IMPERIOS

En la segunda mitad del siglo xix, las potencias occidentales dominaban el mundo a su antojo, mientras las distintas culturas asiáticas vivían su sometimiento al hombre blanco como una catástrofe. Eran muchas las humillaciones que occidente les había infringido, e innumerables los corazones y las mentes que habían soportado con resentimiento la autoridad de los europeos sobre sus países. Hoy en día, ciento cincuenta años después, las sociedades asiáticas parecen muy dinámicas y seguras de sí mismas. Eso no era lo que pensaban quienes durante el siglo xix las condenaban como Estados 'enfermos' y 'moribundos'. ¿Cómo fue posible esa larga metamorfosis de la Asia moderna? ¿Quiénes fueron sus principales pensadores y actores? ¿Cómo imaginaron el mundo en que vivimos y en que vivirán las generaciones futuras? Este libro pretende responder a estas preguntas y ofrecer una amplia visión de cómo algunas de las personas más inteligentes y sensibles de Oriente reaccionaron a los abusos (tanto físicos como intelectuales y económicos) de Occidente en sus sociedades. Y de por qué caminos sus ideas y sensibilidades se han extendido y evolucionado en el tiempo hasta engendrar el Asia que hoy conocemos y sus protagonistas, desde el Partido Comunista Chino, el nacionalismo indio, o los Hermanos Musulmanes y Al Qaeda hasta el dinamismo tecnológico y económico de Turquía, Corea o Japón. Un libro fascinante que expone ante el lector occidental los últimos dos siglos de la historia intelectual de quienes fueron los pueblos sojuzgados del mundo y están llamadas a ser hoy las naciones más poderosas de la tierra.
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DE LENINGRADO A ODESA

Tras combatir en condiciones extremas y padecer un ingente número de bajas, los voluntarios de la División Azul cautivos iniciaron un calvario de más de una década por numerosas prisiones y campos de trabajo de la Unión Soviética de Stalin. Durante ese tiempo, trasladados a pie o hacinados en trenes, sufrieron todo tipo de penalidades: hambre y frío, humillaciones y abusos, enfermedades y muerte. Al final, doscientos diecinueve divisionarios lograron regresar a España, exhaustos pero felices de haber sobrevivido a tan durísima experiencia. El capitán Gerardo Oroquieta fue uno de los de mayor rango y ejerció entre sus hombres una benéfica influencia tanto por sus galones como por su admirable actitud ante las dificultades. De Leningrado a Odesa no solo nos permite vislumbrar uno de los regímenes más herméticos del siglo xx,sino descubrir el día a día de los españoles que, junto con los supervivientes de los campos nazis, experimentaron las vivencias más extremas de los últimos cien años.
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