«Intercesor, más que intermediario, el maestro nunca deja de sentirse inferior a su misión. Tantas noches en vela, tantas oraciones, tantas promesas, tantas llamadas… y el Mesías sigue sin venir. Tantos sufrimientos, tantas pruebas… y el cielo sigue cerrado. Ni siquiera entonces la Shejiná se digna abandonar su destierro». También el pueblo judío, en un exilio que ya dura siglos, ¿logrará librarse de la tentación de la tristeza y del dulce hechizo de la resignación?
Contra la melancolía recoge algunas de las conmovedoras historias de nueve rabinos tan singulares como Pinjás de Koretz, Baruj de Medzebozh o el Vidente de Lublin. A través de sus relatos, Elie Wiesel invita a descubrir el misterioso nacimiento de la esperanza en el pueblo judío cuando, paradójicamente, las circunstancias históricas invitan a sumirse en el abandono y la desesperanza. Cada maestro utiliza su mejor cualidad contra esta melancolía mortal: la compasión, el fervor, la cólera, el silencio, la risa…
Pero ¿será suficiente? Bastará con esperar apenas un siglo, cuando este mismo pueblo sea reunido en los campos de concentración, para conocer parte de la respuesta.
Contra la perfección explora estos y otros dilemas morales relacionados con la búsqueda de nuestro propio perfeccionamiento. Michael Sandel argumenta que la búsqueda de la perfección es imperfecta por razones que van más allá de la seguridad y de la equidad, y nos lleva más allá de los familiares términos del discurso político para mostrarnos que la revolución genética transformará el modo en que se discute sobre cuestiones éticas y obligará a reintroducir las cuestiones de orden espiritual en el centro del debate político.
¿Cuántas Españas hay? ¿Cuántas debería haber? ¿Una, dos, tres? ¿Ninguna?
Esta cuestión lleva ocupando a los pensadores patrios más de cien años. En los últimos tiempos, junto con la clásica idea de las dos Españas cainitas, ha vuelto a cobrar fuerza una tercera que se situaría por encima del marco. Pero ¿es la solución al problema colocarse «angelicalmente» al margen?
Para Armando Zerolo no hay dos ni tres Españas, solo hay «una que discute, como hay amigos que se pelean, matrimonios que no se entienden en todo, y equipos de fútbol rivales». Negar esa tensión es lo realmente peligroso porque, opina, el problema en una sociedad abierta nunca será la polaridad, que no es lo mismo que la polarización.
En este libro, Zerolo, profesor de Filosofía Política y del Derecho, repasa nuestra historia reciente para revalorizar el conflicto y defender el disenso como material de construcción política frente a «categorías dogmáticas de pureza y neutralidad». Para eso hay que rechazar tanto el «cuento» pernicioso de las dos Españas como «ese intento bienintencionado que hoy se llama tercera España».
Contra la tercera España es un ensayo desprejuiciado que adopta una perspectiva novedosa. Con elegancia y mesura, sin caer en la complacencia, el autor plantea de manera cercana el famoso «problema de España» adaptado a los tiempos que corren, cada vez más hostiles para la democracia liberal.
"Contra lo común" reescribe la historia del urbanismo desde la perspectiva de los oprimidos, adentrándose en el drama de la urbanización capitalista y la lucha de las clases populares por construir lugares más justos y democráticos a través de su capacidad para organizar el espacio y convertirlo en una fuente de poder, y expone cómo el capitalismo y las políticas urbanas han evolucionado en sus intentos por destruir este potencial liberador. Álvaro Sevilla-Buitrago recorre más de tres siglos de urbanización en el mundo occidental para revelar la centralidad de estas estrategias de desposesión en múltiples procesos de cambio espacial: de la privatización de la tierra comunal al control del espacio público y la vida cotidiana, de la reestructuración de la metrópolis y la producción de suburbios a las políticas de vivienda o las nuevas dinámicas de segregación, gentrificación y regeneración ligadas a la llamada «ciudad creativa». Pero «lo común no es solo un inquietante espectro del pasado; también es una hipótesis sobre el futuro». Concibiendo la historia y la planificación como proyectos transformadores, estas páginas también exploran la posibilidad de una urbanización postcapitalista basada en los comunes, en la que el contenido y el diseño del espacio social estén definidos por las personas que lo habitan.
¿Qué tienen en común Andy Warhol, la Transición y el liderazgo de la poesía millennial? ¿Las nuevas celebridades literarias surgirán de imágenes y textos compuestos por Inteligencia Artificial? ¿El Premio Cervantes se fallará en unas décadas a través de algoritmos y así un publicista-programador acompañará a Borges y a María Zambrano? Acabadas las ideologías partidarias y el ideal de una cultura ilustrada para las clases medias, en medio de inclementes e incesantes batallas electrónicas entre neorrancios y posmoqueers, ¿Los poetas literarios aún buscarán la palabra exacta como una gota de petróleo en Mad Max?
Por un populismo progresista que enfrente al neoliberalismo El capitalismo financiero muestra su cara más despiadada: destruye la industria y condena a las clases trabajadoras a un estrés creciente y una salud menguante, a la segregación y la inseguridad social, mientras aumenta la deuda pública y resquebraja la vida comunitaria, alentando la competencia y el resentimiento. En medio de esta crisis global, muchas personas ya no creen en los partidos políticos y buscan nuevas opciones, sean de derecha o de izquierda. ¿Qué hacer para que la crisis del orden neoliberal alumbre algo mejor para las mayorías? Con talento conceptual y espíritu militante, Nancy Fraser aventura una hipótesis incómoda: si el neoliberalismo pudo sostenerse tanto tiempo, es porque conformó una alianza con los sectores progresistas, que le aportaron carisma y cobertura ideológica. Así, Fraser alerta contra ese progresismo que dejó de cuestionar la jerarquía social en pos de diversificarla, y que, a fuerza de luchar por derechos para las mujeres, los colectivos LGBTQ+ y otras minorías, perdió de vista la desigualdad y la brecha de clases y, así, terminó dándole una pátina emancipadora y cosmopolita a un sistema cada vez más regresivo. En una discusión rica con el feminismo y el progresismo, Nancy Fraser llama a construir una nueva hegemonía.