Cuando fui un Angel del Cielo, la nueva novela de Marcos Rodríguez, coloca al lector ante un espejo. Así, cabe entender que la experiencia que arrojará como saldo la lectura será extraordinariamente personal, inequívocamente única. Se precisa, sin embargo, de una aclaración: el efecto de espejo que provoca la lectura de la novela es un resultado no una coincidencia literal entre la vida de los lectores y las terribles historias que, como afluentes, conforman el gran relato que nos cuenta Rodríguez. Es decir, el efecto al que me refiero consiste en que, durante el proceso de lectura y luego de culminado el mismo, el autor logra la actualización de las preguntas qué más angustian al alma humana: ¿Cuál es el objeto de la vida? ¿Quiénes somos y de dónde venimos?
Una vez más la técnica narrativa precisa y la prosa meticulosamente elaborada coronan el trabajo de un escritor concienzudo y comprometido con el oficio, quien ante todo, conserva la fe en la posibilidad de redención del alma humana.
Gerardo Castillo Javier, Escritor, poeta y crítico literario
Cuando gemía la Patria, la atrayente novela de Emilia Pereyra, nos transporta a los cimientos mismos de la nación dominicana: los turbulentos años de la ocupación haitiana y el amanecer de la Independencia Nacional.
La narración desvela los secretos de una época determinante que forjó el carácter de una nación, invitándonos a ser testigos de la valentía, la astucia y el espíritu de aquellos que soñaron con la libertad.
Desde lejos te construyo poco a poco,
la tela suave de tu esencia me acaricia,
su algodón tierno cubre, venda , consuela
mi honda herida
por dejarte, por no tenerte, por ausentarme,
te siento y veo todos los días ¡tierrita mía!
todavía, hace poco, tan cercana,
como la inmensa madre que he tenido...
apartada, inaccessible, lejana
¡Llenitos mis días de la sed de tu presencia!
Tal y como nos lo cuentan estos versos así nos sentimos los que vivimos distantes de nuestro lugar de origen, a cada paso nos sorprenden huellas de lo que somos, del país de dónde venimos, de nuestra geografía, de las condiciones de vida social donde crecimos, pero además de nuestra historia individual, de las marcas imborrables que dejaron en nosotros la educación en el seno de la familia, impresas muy hondamente en nuestro ser, los valores que nos formaron, los principios que siguen siendo nuestro norte, que se estamparon con fuerza y empeño en nuestro yo íntimo.
Al leer Cuando las Palabras Copulan de Manolo Pichardo inmediatamente advierto que se trata de un autor que asume la poesía con respeto y vocación. Lo hace porque sus mismos textos acusan precisión, ingenio y valor artístico indiscutible y advierto además que no se trata de una incursión pasajera en el género, sino de una asunción que permite auscultar nuevos hallazgos y una presencia continuada en los quehaceres literarios... Mateo Morrison
Desde el comienzo de la vida, solo hemos sabido acerca de Cupido, y unas que otras flechas que fueron lanzadas por él, de las cuales algunas a mí también me han herido. Pero de algo yo estoy seguro y es de que muchas personas han sentido millones de microduendes gritándoles en cada uno de sus poros, aun sin saberlo. Cuando leas este libro, sin darte cuenta te sumergirás en una gran aventura amorosa, y conocerás de amores muy mágicos y divinos.
En Cuando me enamoro palpita el latido del sentimiento que ha moldeado a la humanidad desde el inicio mismo de su existencia. Sus páginas te ofrecen un mapa de emociones que, sin prometer respuestas absolutas, te invitan a explorar los rincones multicolores de la experiencia amorosa, desvelándote el amor tanto en sus matices, en sus silencios y en sus contradicciones, como también en sus triunfos y derrotas. Esta obra no pretende ser un manual, ni una fórmula infalible; no da recetas para conquistar o para resolver desamores; es, más bien, un susurro que acaricia la conciencia y nos propone observar el amor con nuevos ojos. Desde la inquietante ternura que despierta la primera ilusión hasta el dolor que sigue a una separación definitiva, estas páginas te acompañan a entender el amor como un don que se nos concede sin garantías de permanencia. Al final, recuerda: el verdadero milagro del amor reside en la capacidad de abrir el corazón y permitir que la vida fluya a través de él.
Cuando nadie me ve no es un libro de autoayuda al uso. Es una experiencia emocional. Una herida abierta que aprendió a hablar. Una linterna encendida en medio del silencio que muchos han aprendido a callar. Aquí no encontrarás fórmulas mágicas ni frases hechas. Encontrarás historias que parecen contadas por tu propio cuerpo. Capítulos que duelen, pero que también abrazan. Y herramientas reales para cuando el pecho aprieta, la mente se acelera, y nadie parece entenderte. “Este libro no te salva, te acompaña. Y, a veces, eso lo es todo.”