Con la guerra civil, «lejana y próxima a un tiempo, quizá más temida por invisible», como telón de fondo, Primera memoria narra el paso de la infancia a la juventud de Matia y de su primo Borja. Los dos viven en casa de su abuela en un mundo insular tan ingenuo como misterioso. A través de la visión particularísima de la muchacha ―sin madre y con padre desaparecido―, asistimos a su despertar a la adolescencia, cuando, roto el caparazón de la niñez, el fuerte resplandor de la realidad ciega asombra e incluso duele a veces. Una singular galería de personajes constituye el contrapunto a su vertiginosa sucesión de sensaciones. Y es que, en unos meses, Matia descubrirá muchas cosas hasta entonces ignoradas sobre «la oscura vida de las personas mayores».
En el Madrid de 2111, la detective Bruna Husky es contratada para investigar un atentado terrorista en las instalaciones de Eternal, una gran empresa tecnológica. Las primeras pistas la llevan hasta un periodista que sigue los pasos de uno de los asaltantes, pero cuando los implicados empiezan a desaparecer o a morir el rastro se pierde. La detective y su colega, el inspector Lizard, se verán atrapados en un enigma cada vez más sombrío, en una trampa mortífera diseñada por una mente criminal aterradora. Estamos ante una Bruna Husky llena de furia contra el mundo y, sobre todo, contra sí misma, porque ya no es una poderosa tecnohumana de combate, sino un débil androide de cálculo. Y es desde esa nueva fragilidad desde la que debe afrontar el caso más peligroso de toda su carrera.
Animales difíciles plantea aquello que no queremos mirar de frente: la inconsciencia con la que estamos desarrollando una superinteligencia desconocida, un poder absoluto, que no sabemos si seremos capaces de controlar y que puede convertirse en un arma definitiva y brutal.
Rosa Montero cierra por todo lo alto la serie de Bruna Husky, formada por las novelas Lágrimas en la lluvia, El peso del corazón y Los tiempos del odio. Espectacular, emocionante y peligroso, el último caso de la formidable detective es un apasionante rompecabezas de tensión creciente y final luminoso sobre el sentido de la vida y el destino de la Humanidad.
En los pasillos de esta novela, una mujer se repite y multiplica. Se parte en dos. En este mundo feroz donde el dolor persigue y es difícil encontrar un lugar, una de ellas elige la renuncia y el escape; la otra permanece siguiendo su propio rastro. Algo sucede en su cerebro. En ese trance, cuando sus recuerdos, sueños y miedos se entrecruzan en un presente continuo, ellas se preguntan si el pulso de su deseo es seguir viviendo. Isla partida es una novela fractal, deforme, poliédrica, una escritura del delirio que retrata un pensamiento desordenado, estremecido, fuera de los límites; una casa de los espejos hecha de lenguaje. ¿Qué es el mundo sino un manojo de percepciones que una mente ordena y describe con palabras? ¿Es la realidad el resultado de una escritura en código, definido por la sinapsis? Si esto es así, ¿qué pasa cuando las neuronas aumentan su transmisión de iones, o un chorro de electricidad satura su comunicación y la desborda? ¿Puede la escritura dar cuenta de esa mente y las creaciones de sus descargas eléctricas? Con Isla partida estamos ante el trabajo más valiente y arriesgado de Daniela Tarazona. Una experiencia narrativa y poética donde cuerpo, memoria y delirio entran en tensión; una exploración de la mente y la escritura como campos electromagnéticos en la que distintas corrientes y voltajes chocan para recomponer el mundo y, por tanto, la identidad del yo.
John Dunbar, conocido como «el Basilisco», quiere dar la espalda a su pasado de brutalidad y errancia y vivir por fin en paz junto a su familia. Se asienta con Lucrecia y su hija, Felicidad, en el inhóspito Valle de las Rocas, en pleno territorio navajo. Sin embargo, hasta allí le perseguirán los enemigos más aterradores que haya conocido nunca, unos enemigos que no parecen proceder de su mismo mundo. Por su parte, Jon, el escritor creador de las aventuras del Basilisco, regresa a su pueblo natal. Pretende rehabilitar la vieja casa familiar e instalarse en ella. Mientras, en el lejano oeste, Dunbar acoge al hijo de un antiguo enemigo y duda del amor de Lucrecia, dificultades para las que su experiencia como pistolero no le ha preparado, Jon se topa con una rival que estuvo a punto de arruinarle la vida y que parece dispuesta a intentarlo de nuevo. Así, las vidas del personaje y su autor se aproximan hasta casi confundirse.
Atraco a mano armada, difamación, asesinato, conspiración, sustracción de obras de arte, composición de poemas elegiacos a la muerte de Hitler. De Verlaine a Burroughs, de Norman Mailer a Hans Fallada, de Giacomo Casanova a Curzio Malaparte, muchos han sido los literatos que, a lo largo de la historia, han purgado sus ofensas y delitos en la cárcel. Y han sobrevivido para contarlo. Chester Himes o Jean Genet se pasaron buena parte de su vida en el fondo de un calabozo infecto. Otros, como el Marqués de Sade o Heinrich von Kleist, iniciaron sus carreras literarias tras los barrotes de una prisión. Incluso se han dado casos, como los de Louise Michel o Goliarda Sapienza, de escritoras que experimentaron una irónica sensación de emancipación y libertad tras entrar en presidio.
Es otoño en Maine y Bob Burgess, el abogado del pueblo, está inmerso en la investigación de un asesinato, mientras entabla una profunda amistad con la aclamada escritora Lucy Barton, que vive calle abajo con su exmarido William. Juntos, Lucy y Bob salen a pasear y hablan de sus vidas, de sus miedos y remordimientos, y de lo que podría ser o haber sido. Lucy, por su parte, conoce por fin a la mítica Olive Kitteridge, que ahora vive en una urbanización de jubilados a las afueras de la ciudad. Pasan las tardes en el apartamento de Olive contándose historias sobre personas que han conocido «vidas no registradas», las llama Olive y, de paso, llenando de significado las suyas propias.
Estas son las primeras palabras que repite el protagonista de esta original novela. En un principio, parece que no es más que un niño de doce años que escribe un diario porque tiene miedo a su madre, a los espejos, a las hormigas... pero su temor más grande es que muera Violette, la mujer que lo ha cuidado desde que murió su padre. Desgraciadamente, a Violette no le queda mucho tiempo y él se quedará solo con una madre que nunca lo ha querido. Hasta aquí no parece que el suyo sea diferente a cualquier otro diario. Sin embargo, sus intenciones van mucho más allá de la mera recopilación de estados psíquicos: quiere escribir acerca de su cuerpo y de todos aquellos descubrimientos que experimenta a través de este.
Julia escucha en un bar a una vieja que la abordó en la calle y dice ser su abuela. Siempre tuvo dudas sobre su propio origen, y Griselda ahora le revela su verdadera historia. Muy pronto entenderá que detrás de esa apacible anciana hay más de lo que dice. Los lectores, con ella, empezarán una inmersión sin pausa en un territorio de horror multiforme que, en la repetición de la tortura y la muerte, replica los gestos sangrientos de la dictadura militar argentina. Una trama labrada con excelencia que repasa los años sesenta y setenta con los recursos del terror y del gore y que deslumbra con su maestría y agudeza.
Años cincuenta, Irlanda rural. Un tipo solitario se encuentra con un coche misteriosamente vacío en medio de un campo. Sabe que no debe acercarse, pero es incapaz de evitarlo y pronto se ve envuelto en un inquietante caso de desaparición: un hombre asegura que su esposa podría haberse arrojado al mar.
Llamado desde Dublín para investigar, el inspector Strafford recurre rápidamente a su viejo aliado, el brillante e imperfecto doctor Quirke, un hombre con quien está vinculado de maneras cada vez más complejas. A medida que avanzan en la investigación, el pasado vuelve con fuerza, amenazando con cambiar la vida de todos y cada uno de ellos.
Roma, 1960. Mientras un Andre Aciman adolescente observa el puerto de su nueva ciudad, su madre se preocupa por el equipaje: treinta y dos maletas y baúles que contienen todo su mundo. Acaban de llegar a Italia desde Alejandría, hogar que han tenido que dejar atrás. Su padre sigue en Egipto y ahora Andre es el cabeza de familia. Solían tener una buena vida, pero todo vestigio de su estatus se ha esfumado tras su huida.
El autor, su hermano pequeño y su madre se mudan a un apartamento de la capital italiana que justo antes de su llegada se usaba como burdel. Mientras buscan la manera de encontrar su sitio en la ciudad, el autor se encierra en su habitación para leer un libro tras otro.