Publicado en 1977, Cuaderno de cuatro años es el último gran libro de Eugenio Montale.Profundizando en la línea que había abierto con Diario del 71 e del 72, Montale alcanza aquí su escritura más espontánea, improvisada al hilo del presente. A pesar de la distancia estilística que se establece frente a sus primeros libros, más crípticos y formales, los poemas del Cuaderno no renuncian al misterio: bajo su apariencia de sencillez, encontramos frases aplazadas, conexiones intangibles y palabras que resuenan en múltiples direcciones.
«Juan Gabriel Vásquez ha mostrado con frecuencia su amistad con la poesía. Por eso quiero precisar que, aunque Juan Gabriel sea un gran novelista, lo que publica ahora no es un libro de poemas escrito por un novelista, sino un libro escrito por un poeta. Cuaderno de septiembre nació como una necesidad con la intención de que la poesía hiciese sus preguntas sobre los que decimos cuando decimos soy yo, sobre lo que dicen las cosas y sobre lo que saben de nosotros las palabras».
En De la Tierra a la Luna Jules Verne imaginó un enorme proyectil disparado hacia la Luna con tres hombres dentro. Avanzada a su tiempo, esta novela se ha convertido en un referente de la ciencia ficción temprana y en una de las más famosas de Verne; asi mismo ha sido adaptada para la gran pantalla en numerosas ocasiones, pero es la adaptación de 1902 de Georges Méliès la que se convirtió en icónica.
En la historia que le da nombre a esta colección de cuentos, la ligereza con la que se conduce Esmeralda —descubierta en poligamia— deja boquiabierto al agente del Ministerio Público, para quien resultan inconcebibles las razones de esta mujer que cautiva a todos con su natural desparpajo y su incuestionable amor por sus cinco maridos. La doble moral, los prejuicios, el desigual papel entre los géneros, las diferencias entre las clases sociales son expuestos con profundidad, humor y lirismo en dieciséis originales relatos que evocan lo mejor y lo peor de las contradicciones de la naturaleza humana.
Los sentimientos de odio y rencor de Doña Lena, esposa de don Erasmo Mira Brossa, abogado y presidente del Partido Nacional hondureño, y madre de una única hija, Teti, son tan poderosos como el fuego: si se alimenta acaba consumiéndolo todo hasta el desmoronamiento. Pero el fuerte temperamento de Doña Lena no podrá impedir que Teti se case con Clemente, un salvadoreño divorciado, veinte años mayor que ella y con el estigma de comunista. Los lazos rotos de la familia Mira Brossa ya son irreparables, y Teti, Clemente y el hijo de ambos, Eri, se ven forzados a irse de Honduras para instalarse en El Salvador.
Corre el año 1969 y la guerra entre Honduras y El Salvador amenaza con dinamitar los frágiles cimientos de la relación de doña Lena con su hija, quien, a pesar de las amenazas de su contrariada y atormentada madre, se niega a regresar a su país, ni siquiera tras la trágica y misteriosa muerte de su marido.
El carácter volcánico de la matriarca es el denominador común de la historia de esta familia hondureña, narrada con el habitual despliegue de estilo marca del autor, y un tono afilado, ácido, que sumerge al lector en la corriente de sentimientos encontrados en la que se debaten los protagonistas de esta novela.