Cuando nos rodean los muros, la aventura de toda una vida quizá consista en franquearlos. El regreso de Murakami a la novela después de La muerte del comendador.
«Atención: Murakami ―igual que los Beatles― provoca adicción.» Rodrigo Fresán, El País
«Murakami merece el Nobel.» Rafael Narbona, El Cultural (El Mundo)
«Murakami es el mejor escritor vivo.» Pablo d’Ors, Abc Cultural
«Leer a Murakami es una experiencia transformadora, es adentrarse en un bosque, bajar a un pozo, pasear por un sueño.» Antonio Lozano, La Vanguardia
«Murakami es un grande.» Carlos Zanón, El País
Nana no es un gato cualquiera. Tiene el pelaje blanco, una cola de color negro con un gancho en forma de siete, las uñas afiladas y la mirada atenta. Le gustan los filetes de carne de cerdo empanados, el pollo y el salmón. Pero aún hay más: entiende el lenguaje de los humanos y tiene opiniones muy suyas sobre la vida. Nació en la calle y durmió en el capó de una furgoneta hasta que un día un hombre se le acercó sonriendo, y desde entonces son inseparables. Satoru y Nana han convivido durante cinco años, pero ahora ha llegado el momento de separarse y de encontrar un nuevo dueño. Juntos emprenderán un viaje en el que Nana verá por primera vez el mar y los campos sembrados de hierba alta, vivirá las emociones más hondas de los humanos y el dolor de la pérdida, y conquistará el corazón de los lectores gracias a la narración llena de ternura y humor de Hiro Arikawa.
La narradora de esta historia, Elvira, recibe un mensaje en una red social: una joven llamada Sara afirma haber sido víctima de un abuso y se encuentra en una situación desesperada. Elvira no duda en ofrecerle su ayuda y le abre las puertas de su intimidad, aunque nada es suficiente para quien no halla consuelo. Poco a poco, Sara se convierte en una presencia asfixiante pero necesaria en la vida de una Elvira entregada a salvarla de sí misma.
á Las vulnerabilidades es una historia de suspense psicológico que gira en torno a la relación de poder y dependencia que se establece entre dos mujeres heridas y que cuestiona las consecuencias de un acto tan aparentemente altruista como ayudar a los demás.
Ismaíl Kadaré traza en este libro un laberinto de versiones sobre un episodio mítico de la era staliniana y, sin embargo, ínfimo por su duración. Se trata de la conversación telefónica entre Stalin y Borís Pasternak en junio de 1934, que apenas duró tres minutos y que en la Unión Soviética y en los países del bloque del este dio lugar a todo tipo de rumores e interpretaciones, empeorando aún más la imagen del gran escritor ruso.
Un hermoso homenaje al cine desde la literatura de la mano de un escritor marcado por el séptimo arte.
Tras perder a su mujer y sus hijos en un accidente de avión, David Zimmer, escritor y profesor en Vermont, se vuelca durante meses en escribir un libro sobre la única persona que consiguió devolverle la sonrisa, el actor de cine mudo Hector Mann, desaparecido décadas atrás. Una vez publicado el libro, Zimmer recibe la carta inesperada de una mujer que asegura ser la esposa del actor y que le comunica no sólo que Mann sigue vivo, sino que le gustaría encontrarse con él en un rancho de Nuevo México donde, alejado de todo, se ha dedicado a filmar una serie de películas que nadie ha visto y que serán destruidas tras su muerte.
El libro de las ilusiones, la décima novela de Paul Auster, es un hermoso homenaje al cine de la mano de un escritor marcado profundamente por el séptimo arte. En ella, la narración de la vida de Hector Mann contada por Zimmer se mezcla con lo que le sucede al profesor y con la filmografía del actor, configurando potentes historias entrecruzadas que difuminan los
límites entre la ficción y la realidad.
El presente y espléndido bestiario es el primer libro de poesía escrito por Guillaume Apollinaire, publicado en 1911. Los treinta pequeños poemitas –que normalmente siguen la sencilla forma del quatrain (cuarteta), casi siempre con rima alterna o pareada– van acompañados de otras treinta extraordinarias xilografías del pintor Raoul Dufy, artista de tendencia fundamentalmente fauvista que aquí adopta un estilo fuertemente clásico. Este «sencillo divertimento poético», en palabras del propio Apollinaire, da cabida entre sus páginas a animales poco habituales en los bestiarios: la mosca, el saltamontes, la oruga o el cangrejo, ejecutados siempre con enorme maestría. El libro se cierra con unas notas en las que el poeta adopta un tono humorístico y paródico, que ayudarán a entender y disfrutar la obra como un lúcido juego de imagen y palabra.