Los cuentos de Ernest Hemingway son no solo lo mejor de su obra, según suele admitir la crítica, sino también fundamentales para entender el siglo. En esta edición recuperamos, con nueva traducción de Damián Alou, la recopilación que el propio Hemingway hiciera de todos sus cuentos en 1938, conocida como Los cuarenta y nueve primeros cuentos, y que incluye relatos tan magistrales como «Los asesinos», «Las nieves del Kilimanjaro» o «Padres e hijos». Su mundo estético y moral —ese espacio traspasado por la soledad, la inpidualidad y la brutalidad— se encuentra aquí destilado, despojado de todo ornamento, encerrado en el sustantivo y el adjetivo precisos, seco, sobrio, cegador, latente. La caza, la pesca, el boxeo, la guerra, el alcohol, el deseo y la derrota son algunos de los materiales con que se construye esta obra, cuyo aliento perdura con un vigor insospechado.
Al recién llegado David F. Wallace los agentes del Centro Regional de Examen de la Agencia Tributaria de Peoria, Illinois, le parecen de lo más normal. A medida que se adentra en la tediosa y repetitiva rutina de su trabajo, conocerá la magnífica variedad de personalidades que han sentido la llamada de hacienda. Su llegada coincide, además, con el recrudecimiento de fuerzas conspiratorias que pugnan por despojar el trabajo del rastro de humanidad y dignidad que todavía queda.
Los ocho relatos que componen Extinción forman un universo surrealista en el que conviven la realidad más prosaica con delirantes espirales de la conciencia humana.
En «El alma no es una forja» las fantasías que un niño imagina mientras su profesor cae en un delirio homicida le sirven para hablar de la angustiosa soledad de su padre. «Extinción» nos presenta a un matrimonio que visita una clínica del sueño para tratar los ronquidos del marido, en lo que resultará ser un doloroso retrato del desamor. «El canal del sufrimiento» explica los inimaginables prodigios anatómicos que permiten a un escultor crear cotizadas miniaturas, reflejando el absurdo y la profundidad de la creatividad artística.
¡EL APOCALIPSIS SERÁ TELEVISADO!
Llega la saga más adictiva y meteórica: de autoeditado a superventas con 1.000.000 de lectores.
¿Sabes qué es peor que romper con tu novia? Tener que cuidar de su gata de exhibición premiada. ¿Y qué es aún peor? Una invasión alienígena, la destrucción de las estructuras terrestres creadas por la humanidad y la explotación de los supervivientes mediante un programa de entretenimiento sádico e intergaláctico.
Carl, un veterano de la Guardia Costera, y la princesa Dónut, la gata de su exnovia, intentarán sobrevivir al fin del mundo, o pasar al siguiente nivel, en una mazmorra de fantasía llena de trampas y digna de un videojuego. Pero la mazmorra es en realidad el plató de un reality show televisivo con espectadores por toda la galaxia.
Goblins explosivos. Pociones mágicas. Llamas mortíferas que trafican con drogas. No es un programa cualquiera: lo importa no es sobrevivir, sino garantizar la audiencia.
LA PRIMERA LEY: LIBRO II
El Superior Glokta tiene la misión de defender una ciudad sitiada por el ejército gurko y minada por la traición, además de descubrir qué ocurrió con su sucesor. Por su parte, los Hombres del Norte han cruzado la frontera y han entrado a sangre y fuego en el territorio de la Unión; para detenerlos no bastará con el ejército del Rey. A su vez, Bayaz, el Primero de los Magos, conduce a un heterogéneo grupo de aventureros en una peligrosa misión por las ruinas del pasado...
«Joe Abercrombie es fantástico.» George R.R. Martin
En las montañas de la locura es la memoria en primera persona de un geólogo de la Universidad de Miskatonic sobre una reciente expedición dirigida por él al continente antártico y su trágico final. Narra el profesor superviviente cómo se inició la expedición, con aeroplanos y trineos tirados por perros, y cómo en uno de los vuelos de reconocimiento se toparon con una impresionante cordillera, tal vez más elevada que el Himalaya. Un primer grupo llega por tierra a sus estribaciones y acampa al pie de los montes. Las exploraciones de la zona llevan al grupo a descubrir una cueva en cuyo interior encuentran catorce fósiles de una estatura superior a la humana pertenecientes a unos seres totalmente desconocidos para la ciencia: el cuerpo principal del organismo tiene forma de barril, sostenido por una serie de patas, de su extremo superior surge un ramillete de tentáculos y dispone de unas alas membranosas replegadas a ambos costados. Un segundo grupo, con el que viaja el narrador, pierde, tras estas intrigantes informaciones, el contacto por radio con el primero, y se dirigen al lugar en aeroplano. El espectáculo que les espera al llegar es dantesco... Poco después, en una inspección aérea sobre la cordillera harán un descubrimiento histórico y fascinante... Muchos críticos han querido ver en este espeluznante relato una magistral continuación al misterioso final de Las aventuras de Arthur Gordon Pym, de E.A. Poe, precursor y maestro de Lovecraft.