La desconocida historia de la fuga del primer lehendakari, José Antonio Aguirre, de la caza de Franco y Hitler.
Berlín, 14 de mayo de 1941. Un hombre de baja estatura iba y venía por el andén de la estación Friedrichstrasse. Esperaba la llegada de un tren procedente de Bruselas. De uno de los vagones debía descender una mujer con sus dos niños. El tiempo corría y se iban reduciendo sus posibilidades de escapar de la Alemania nazi. Los visados tenían fecha de caducidad y la Gestapo le seguía muy de cerca. Pero ¿a quién se le podía ocurrir viajar a Berlín teniendo tras de sí a la temida policía secreta de Hitler?
Detrás de la falsa identidad del panameño José Andrés Álvarez Lastra se escondía la figura de José Antonio de Aguirre y Lecube. El primer lehendakari de la historia de Euskadi era consciente de que le perseguían los peores sabuesos de la policía franquista y de la Gestapo. Por esa razón estaba convencido de que si conseguía ponerse a salvo demostraría que el nazismo era vencible. El mundo democrático necesitaba obtener una pequeña victoria en su lucha contra el fascismo que desde 1939 no cesaba de triunfar en todos los frentes.
La fuga de Aguirre por Bélgica y Alemania nos lleva desde los campos de batalla hasta la clandestinidad, de las cloacas de los servicios secretos a los laberintos políticos y policiales que caracterizaron las ambiguas relaciones hispanogermanas. La odisea del primer lehendakari nos permite profundizar en la complicidad represiva que existió entre los regímenes de Franco y de Hitler, pero también conocer las diferencias y disputas que se prodigaron entre Madrid y Berlín.
En el siglo vi d. C., Oriente Próximo estaba dividido en dos grandes imperios: el romano y el persa. Cien años después, el romano ya no existía y el persa había quedado fragmentado. Esta época en declive, caracterizada por las pugnas territoriales y religiosas, abrió camino al origen, forja y triunfo de un nuevo imperio global y, con él, una nueva religión universal: el islam.
El reconocido escritor Tom Holland nos transporta a un mundo antiguo convulso y trepidante para descubrirnos una de las narraciones más arrolladoras y trascendentales de la historia humana. Rastreando las fuentes más primarias sobre su procedencia, responde a las incógnitas sobre el nacimiento y los ideales que promueve el islam, y nos muestra cómo los árabes llegaron a forjar un dominio asombrosamente vasto en cuestión de décadas, creando una civilización imperial cuyos aspectos perduran hasta nuestros días.
Los textos incluidos en esta antología fueron publicados en Le Libertaire. Journal du Mouvement Social, periódico editado en Nueva Orleans y dirigido por Joseph Déjacque, quien fue testigo y enlace de primera magnitud entre el Viejo y el Nuevo Mundo. Peleón, culto y enérgico, los debates que Déjacque plantea no dejan espacio para la tibieza, aunque sabe que «uno tiene que vivir en su siglo», por lo que trata de conjugar las ideas más radicales —y con amplitud de miras— con una realidad muy poco halagüeña, por no decir descorazonadora.
La igualdad real entre sexos, el laberinto del comercio y el intercambio, el parasitismo, la propiedad de los medios de producción, las leyes, la denuncia de las diferentes formas de esclavitud y el salariado, la crítica de la autoridad y los jefecillos de tres al cuarto son algunas de las ideas que pueblan esta magnífica antología traducida y prologada por Diego Luis Sanromán.
Anarquista de primera hora (entonces todavía se hacían llamar socialistas), Déjacque ha pasado a la historia por ser quien primero utilizó el término «libertario». Pero su aportación va mucho más allá. Su obra mantiene, casi doscientos años después, una lucidez, una vigencia y una energía arrolladoras. Aunque décadas atrás se publicó El humanisferio, esta es la primera antología de sus escritos que aparece en castellano.
La furibunda crítica contra el capitalismo de rapiña de aquellos libertarios —que tenían una visión del progreso distinta a la que se profesa ahora— electrifica estas páginas. Escritos de una época lejana que, sin embargo, plantean cuestiones que siguen irresueltas y que, además, nos ponen delante de una realidad social un tanto desconocida: la de Estados Unidos a mediados del siglo xix.
La revolución portuguesa del 25 de abril de 1974 acabó de manera pacífica con una larga dictadura, un régimen ineficaz anclado en la represión y en viejos delirios imperiales, gracias a la acción de trescientos capitanes idealistas, que pretendían democratizar Portugal y acabar con sus guerras coloniales en África. Los claveles en las bocas de los fusiles o la canción Grândola, vila morena, difundida como contraseña para iniciar el golpe, no tardaron en dar la vuelta al mundo. Muchos ignoran en cambio que aquella mañana de abril estuvo llena de momentos épicos que contribuyeron a consolidar el golpe en favor de las libertades. Este libro rescata historias como la del joven capitán Salgueiro Maia, que caminó con los brazos en alto y una granada en el bolsillo, listo para el sacrificio, hacia una batería de carros de combate que le apuntaban, o la del soldado que se negó a obedecer la orden de disparar contra él y que permaneció cuarenta años en el anonimato. Sobre episodios como estos se fundó la democracia portuguesa hace ahora cincuenta años.
Papas que ya no se mueren como dios manda, reyes que se creían ranas, príncipes de incógnito por Madrid, cocineros desesperados, monjas farsantes, diputados espiritistas… De todo hay en este nuevo compendio de aconteceres narrados con el punto de vista único y divertidísimo de Nieves Concostrina, desde un premio Nobel de rebote, a un marqués desenterrado o una invasión de vírgenes.
Desde el Gran Juego entre los imperios ruso y británico hasta nuestros días
Afganistán es un país envuelto en una maraña de estereotipos y prejuicios que lo hacen único entre el resto de naciones. Este libro explora el complejo proceso de formación del Estado a finales del siglo XIX, utilizando tango fuentes de locales como inglesas, con una profunda mirada a las narraciones históricas y expediciones científicas de la época.
Desde los escritos de historiadores afganos Faiz Katib y Mohamed Shah hasta las vastas recopilaciones de James Mill o las memorias de expediciones como la de Monstuart Elphinstone, estas páginas ofrecen una visión integral del desarrollo político y militar del país. Las biografías de figuras clave como el emir Abdur Rahman Khan, así como las memorias de militares y mujeres como Lady Sale, proporcionan una comprensión detallada de los eventos que moldearon la nación.
La obra también destaca la influencia del poder británico y ruso en la configuración de Afganistán como «estado tapón», y cómo el emir Abdur Rahman Khan consolidó su poder mediante un régimen de represión y terror, apoyado en una red de espionaje y tortura, con la ayuda de modernas fábricas de armas británicas y dependiente de la financiación británica debido a su incapacidad para generar ingresos internos.
Finalmente, se analizan los intentos fallidos de modernización de Afganistán bajo distintos regímenes, todos impulsados desde el exterior, y cómo los elementos estructurales y la influencia de la religión islámica siguen presentes en la sociedad afgana actual. Es una lectura esencial para comprender las raíces y los desafíos actuales de un país cuya historia es tan compleja como su geografía