Esta obra es una amplia recreación de la vida armoniosa de nuestros campos, otrora espacios para elevar el culto a la convivencia humana y sobre todo, a grandes principios de que la vida no amerita estar rodeada de grandes fortunas, sino de un ambiente ecológico, moral, ético y mayormente compuesto de patrones conductuales que sirvan de referencia de estilos de vida frugal y llenos de espiritualidad.
Sus capítulos tratan, cuando no, de lecciones sociales, asuntos esotéricos a veces, mejores prácticas de la convivencia en el hogar, la vida matrimonial como un instrumento de ser feliz. Las invocaciones a Dios son frecuentes como referencia de las buenas obras, las experiencias académicas… y un canto de felicidad al evocar la llegada de sus hijos Evangelina, Eva y Rey Martín.
El cerebro infantil es extraordinariamente plástico, capaz de adaptarse, crecer y reconfigurarse en función de las experiencias que vive. Nunca es demasiado tarde para reaprender y modificarlo. De la unión de la neuroeducación y la crianza respetuosa resulta una metodología que, basada en la evidencia, ofrece a las niñas y niños retos y experiencias que les permitan explorar sus habilidades y descubrir sus fortalezas.
Neurocriar es amor incondicional, es darles a nuestros hijos las mejores herramientas para crecer con una salud mental y emocional óptima. Porque el mayor regalo que podemos hacerles es la capacidad de vivir y sentir plenamente, con confianza en sí mismos. Cuando entendemos cómo funciona el cerebro infantil, educar resulta más sencillo.
Elvira Perejón, neuroeducadora y madres, brinda herramientas para usar ante cualquier situación que te abrume, que aumentarán tu confianza y seguridad y información que podrás aplicar fácilmente, así como consejos sobre el uso de las pantallas.
Saludar cuando uno llega y despedirse cuando uno se va, pedir las cosas por favor y dar las gracias, pedir perdón, cuidar la higiene, tener buenos modales en la mesa, ceder el asiento en el autobús, ser siempre cortés y puntual... La buena educación no es una misión imposible para los más pequeños y los animalitos de este libro van a demostrarlo.
Enseñar a los niños a compartir empieza por los juegos y los juguetes, la merienda, el paraguas, los lapiceros o un libro. Pero esos primeros pasos deben encaminarse a algo aún más importante para un corazón generoso: compartir todas las cosas especiales que no son materiales, como las ideas, la atención plena, el conocimiento y, sobre todo, el amor.
Este manual para héroes del día a día enseña a superar el miedo y armarse de valor para atreverse a ir solo a la escuela, a descubrir y aprender cosas nuevas o a ir al médico sin temor, pero por encima de todo eso, enseña que el más valiente es siempre el que pide perdón, el que habla sus sentimientos y el que se muestra tal y como es ante los ojos del mundo.
Los encantadores protagonistas de este libro van a enseñar a los niños a asumir responsabilidades domésticas como hacer su cama, ordenar su habitación, poner y quitar la mesa o cuidar a sus hermanos pequeños, y también a aceptar normas de seguridad como los hábitos de higiene y salud, ponerse el cinturón o cruzar con el semáforo en verde.